Este 20 de abril se celebra en el mundo el Día de la Marihuana. Muchos son quienes consumen la planta de forma medicinal y, muchos más quienes pelean por la legalización de su uso ocioso.
Diferentes grupos de investigación han trabajado por descubrir los distintos efectos que trae aparejada la planta pero, resulta interesante uno de los últimos, el cual, se enfocó en comprobar que la misma puede ser utilizada para estimular el placer de las personas con vulva.
El proyecto de investigación fue llevado a cabo en Rosario, Santa Fe, por la Dra. Otaegui y la Dra. Bárbara García, ambas médicas ginecólogas especializadas en salud reproductiva y sexualidad. El objetivo del mismo, además de lograr conocer en profundidad los efectos de la planta fue, “reivindicar el derecho al placer sexual de las personas con vulva y la regulación del cannabis y sus derivados con fines medicinales y personales”.
Fue de esta manera que, el grupo de investigación logró crear el primer óleo íntimo para personas con vulva a base de cannabis en América Latina, al cual apodaron “420 placer”. El mismo, cuenta con la aprobación de la ANMAT y la OMS y, sus efectos, se evidencian luego de 20 minutos de haber sido aplicado logrando tener una duración de entre 40 minutos y una hora.
El origen del nombre 420
Muchos son quienes se preguntan por el origen del apodo “420″ a la hora de referirse a la marihuana. Hay quienes asumen que se debe a su fecha de conmemoración (4/20) pero la realidad es que, el nombre remite a mucho antes de haber sido fijado este día en el calendario.
A ciencia cierta, no se puede definir un origen pero, la leyenda urbana cuenta la historia de que el mismo remite al año 1971 en la escuela secundaria de San Rafael, ubicada en California, Estados Unidos.
Allí, un grupo de cinco jóvenes dio con un mapa que tenía dibujado, al estilo búsqueda del tesoro, la ubicación de un cultivo de marihuana al noroeste de San Francisco. Fue de esta forma que los amigos setenteros decidieron encontrarse a las 4:20 pm luego de la escuela y comenzar la travesía que, finalmente, no daría con la plantación pero sí, quedaría para siempre en la historia.