El sistema judicial evalúa investigar al asesinato del encargado de la reserva pricvada de Andresito como "femicidio vinculado". Esto se dio, dado a que el agresor Ramón Antonio Garayo, ya tenía en su contra una denuncia previa por amenazas y una restricción de acercamiento tanto hacia su expareja y como a la víctima fatal Juan Francisco Farjat.
La figura judicial del femicidio contempla que las víctimas -además de las mujeres- son personas allegadas a éstas, "cuando el autor del hecho tiene la intención de asesinar a un tercero para hacer sufrir a una pareja o expareja". Por ello, el magistrado Martín Brites, no descarta incorporar a la causa dicha tipificación de delito, que fue caratulado en forma provisoria como "homicidio agravado por alevosía y femicidio en grado de tentativa".
La mujer, a quien Garayo creyó muerta cuando la dejó desmayada en el suelo, ya había denunciado al asesino en enero pasado por amenazarla tanto a ella como al ahora fallecido. En la presentación penal que hizo la mujer constaría que Garayo habría manifestado en sus amenazas que "Farjat 'se metía en el conflicto de pareja". Esto sería un móvil y además indicaría la premeditación del acto.
El cuidador de la reserva natural privada, hoy fallecido habría tratado de ayudar a la mujer en dicho conflicto desde hace mucho tiempo y esto habría generado la ira de Garayo. De esta denuncia surgió la prohibición de acercamiento que pesaba sobre el asesino hacia las dos víctima de este trágico echo.