Con la llegada de los días más cálidos, comienzan a registrarse más avistamientos de yararás, (Bothrops alternatus) una serpiente fundamental para el equilibrio natural porque controla poblaciones de roedores e insectos. Aunque su mordedura es venenosa, se trata de un animal no agresivo, que solo se defiende si se siente en peligro.
Su presencia es también un indicador de un ecosistema saludable, por lo que aprender a identificarlas y saber cómo actuar es esencial para convivir con la fauna local sin riesgos. Este tipo de especie de serpiente venenosa es endémica de Brasil, Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
La mayor actividad se da en primavera y verano, cuando las temperaturas elevadas la llevan a tomar sol en senderos, rocas o zonas de pastizales.
En otoño e invierno, con el descenso de temperatura, reduce su movimiento y busca refugios protegidos como troncos huecos, cavidades o espacios debajo de piedras.Por eso, durante los meses cálidos es fundamental caminar con atención y respetar su espacio.
Cómo identificar una yarará
La yarará posee un patrón característico: dibujos en forma de “teléfono antiguo” sobre un fondo marrón con tonalidades claras y oscuras. Este diseño funciona como un camuflaje perfecto entre hojas, tierra y vegetación, lo que la hace inconfundible.
¿Qué hacer si ves una yarará?
- Mantené la distancia: no intentes atraparla ni acercarte.
- Aléjate lentamente: evitá movimientos bruscos que puedan asustarla.
- No las mates: cumplen un rol esencial en el ambiente y ayudan al control de plagas.
- Si está en una zona poblada o con riesgo: comunicarse con
- Dirección de Recursos Naturales (Gualeguaychú): 3446-417362
- Subsecretaría de Ambiente y Seguridad Alimentaria: 3446-420443
Recomendaciones para caminar seguro en áreas naturales
- Mirá siempre el suelo, especialmente en zonas de pasto alto, piedras u hojas secas.
- Caminá con calma y evitá sobresaltos.
- Usá calzado cerrado (botas o zapatillas).
- No introduzcas las manos en troncos, huecos o montículos.
- Si aparece una serpiente, no la molestes: se alejará si no se siente amenazada.
Respetar su espacio es fundamental para convivir con la naturaleza sin riesgos y para proteger a la fauna que mantiene el equilibrio de nuestros ecosistemas.
