En realidad, son predios llenos de malezas en donde varias familias decidieron iniciar un asentamiento, pero por denuncias de vecinos la policía de la provincia intervino con una notificación de la prohibición de edificar en espacios públicos.
Estas personas solo tenían algunos bolsos y plásticos para improvisar casillas con algunas maderas, pero lo llamativo de la intervención fue la de un comisario exaltado que llegó a romper el mismo algunos parantes y amenazó con detener a todos, con una evidente falta de protocolos policiales.
Aunque quienes se hallaban en el lugar le dijeron que estaba siendo grabado, este oficial le restó importancia, pero abandonó el maltrato para hablar con las personas de una extrema vulnerabilidad en otro tono.
El primer intento de ocupación se dio en las calles Chazarreta y Urtubey del barrio La Floresta y la otra intervención se dio en el Barrio San Juan I donde también los uniformados advirtieron del delito de usurpación a las personas que estaban en ese lugar.
Claramente el procedimiento tuvo ribetes de violencia, e inclusive una de las mujeres que intervino llegó a ser hospitalizada por una crisis, sin tomar en cuenta que los niños y niñas en la misma situación no contaron con la presencia de la Dirección de Minoridad como ya ha ocurrido en anteriores oportunidades.