Marcelo Tinelli atraviesa uno de los momentos más difíciles de su carrera. A sus problemas laborales se suman ahora serias complicaciones financieras que lo llevaron a desprenderse de una de sus propiedades más valiosas: su mansión en José Ignacio, Uruguay. El emblemático refugio veraniego ya tiene nuevo dueño, y la cifra de venta impacta tanto como los detalles del lugar.
Según informó el sitio Puro Show, la propiedad fue adquirida por un empresario estadounidense que pagó cerca de 11 millones de dólares. La casa, conocida como “Guanahani”, ocupaba un terreno privilegiado con playa privada y comodidades dignas de un resort. Pero más allá del lujo, era un espacio con historia: el lugar elegido por Tinelli para disfrutar con su familia desde hace más de una década.


Así es la casa que Marcelo Tinelli tenía en Uruguay
La mansión fue construida desde cero por decisión del propio Marcelo, quien mandó a demoler la casa anterior. El nombre “Guanahani” fue elegido por Paula Robles, su exesposa, en honor a la primera isla descubierta por Colón. Allí pasaron innumerables veranos junto a sus hijos y amigos cercanos.

Durante los últimos años, la casa también funcionó como set de grabación. Varios episodios del reality “Los Tinelli” se grabaron allí, mostrando momentos íntimos y familiares, especialmente durante la pandemia. En esas escenas se reflejaba la tranquilidad del entorno y el estilo relajado con el que vivían los veranos.

La propiedad incluía una pileta enorme, gimnasio apartado, cancha de fútbol, bar propio, un comedor para más de veinte personas, grandes ventanales al mar y espacios diseñados para el descanso. Todo eso sin mencionar su ubicación privilegiada, en una de las zonas más exclusivas de Punta del Este.
Crisis económica y cierre de etapa para Marcelo Tinelli
La venta de la casa ocurre mientras Tinelli enfrenta serias deudas tanto en Uruguay como en Argentina. La productora “La Flia” acumula más de 90 cheques rechazados, y figuras como Florencia Peña y Luisa Albinoni reclamaron públicamente el pago de sus sueldos.

El conductor atraviesa un proceso de ajuste. Y la venta de “Guanahani” no solo representa un alivio económico: también simboliza el fin de una era marcada por el éxito, la exposición y un estilo de vida que hoy empieza a cambiar.