El remanso del río Paraná, en la zona conocida como Paraje «Bairuzú», esconde algunos secretos geográficos. Irregularmente, debido a la topografía del lugar, se forman remolinos con las aguas que chocan en la zona de las defensas, originando turbulencias que, según vecinos de la zona, se ha tragado canoas, botes y hasta barcazas. El lugar queda en cercanías al puerto de Montecarlo, pasando la isla Caraguatay.
Entrevistado por Misiones Online, el meteorólogo Marcelo Kusik explicó: “El fenómeno se debe a la topografía del suelo en las aguas. En Misiones lo podemos ver en Montecarlo cerca de la isla Caraguatay. Al navegar por el río Paraná los pescadores lo temen mucho, deberían hacerse estudios del área”.
En cuanto a la permanencia y formación de estos remolinos sostuvo: “Son irregulares pero frecuentes en determinadas zonas. Por ejemplo, en los flujos de agua, en las salidas de arroyos y en ríos”. Los vecinos de la zona, comentaron que el Bairuzú del Río Paraná “es gigante y se puede escuchar el ruido que hace desde lejos. Llegó a tragarse botes, lanchas y objetos de gran porte”.