El flagelo de la inflación, una problemática constante de los últimos años, no tiene freno, aunque los últimos análisis podrían mostrar una desaceleración para lo que queda del 2023.
Con el pico inflacionario reflejado en abril pasado, cuando fue del 8,4%, la retracción del 0,5% del último mes, hace pensar a los analistas que el consumo también se vea afectado, y en ese sentido, avizoran que será menor en lo que viene.
La consultora Scentia ya mostró que el consumo en abril varió interanual negativamente en un 0,3%. Y en lo que va del año, cayó ya en un 0,5%.
El propio director de Scentia, Osvaldo del Río, explicó: “El año pasado, el consumo masivo logró recuperar un poquito. Este año, seguramente, va a perder lo que recuperó el año pasado: estimo una caída entre 1 y 3%”.
Y agregó: “El segundo semestre será más complicado en cuanto a las cifras, porque se va a comparar con bases más altas; especialmente en supermercados, que era el canal que venía traccionando positivamente: no creo que vaya a dar a la baja en supermercados, pero va a empezar a desacelerar un poco”.
En la misma línea de análisis, el director Damián Di Pace, de la consultora Focus Market, dijo: “No creo que se vea en el futuro una recuperación del consumo masivo. Puede ser estacionalmente, por el aguinaldo, que presente una leva mejora en estos meses, pero la pérdida del poder adquisitivo continúa evidenciándose en los productos de canasta básica, que tuvieron aumentos de doble dígito en mayo, como el arroz, yerba, caldos, azúcar”.
“Veo que la inflación encontró un nuevo piso cercano al 7% para los próximos meses y eso impacta en el poder adquisitivo”, cerró.