Según un nuevo índice desarrollado por JP Morgan, Argentina evidenció 2219 puntos básicos de riesgo país. Se trata de un nivel récord desde el canje de la deuda.
Si bien no es un buen momento para los países emergentes, el caso local supera a todos. Vale recordar que el riesgo país había bajado a cerca de los 1000 puntos cuando se emitieron los nuevos bonos en septiembre de 2020, tras el acuerdo con acreedores internacionales. Antes de eso, específicamente el 31 de julio de ese mismo año, tocó niveles similares a los que presenta ahora.
La lectura que podría hacerse es que Argentina reestructuró su deuda con privados, pero puso en juego el voto de confianza en el corto plazo. Así, los bonos que salieron renovados al mercado, volvieron a los niveles de desesperanza de los viejos títulos de deuda.
“Hoy el riesgo país se encuentra ya en niveles de default y supera los niveles que había antes de la reestructuración, a pesar de que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio un respiro en el comienzo”, explicó María Castiglioni, socia de C&T Asesores Económicos.
Por su parte, Juan Ignacio Paolicchi, economista de la consultora Empiria, señaló que el país sufre “la falta de un plan macroeconómico consistente y creíble”. “Algo que podría haber aportado el acuerdo con el FMI, pero no lo hizo porque al poco tiempo el acuerdo había quedado desdibujado por la propia coyuntura macroeconómica”, indicó.
Cuáles son las principales procupaciones financieras sobre Argentina
Francisco Mattig, portfolio manager de Consultatio, observa que el contexto internacional en general no favorece a economías emergentes como la de Argentina: “Hoy el riesgo país de todas las economías ‘high yield’ están en máximos desde 2003 si excluimos los picos de la crisis mundial de 2008 y 2009 y la del Covid”, dijo.
También menciona un componente de idiosincrasia relacionado con “un programa con el Fondo que no sirvió para anclar nada”. “Esto se debe a su potencial incumplimiento y a un problema de acumulación de reservas que pone en tela de juicio por cuanto más vamos a poder pagar la deuda en dólares”, señaló.
Matías de Luca, economista de la consultora LCG, agregó que a eso hay que sumarle el riesgo institucional argentino, la salida fuerte de fondos de los bonos CER (los títulos ajustados por inflación que sufrieron las consecuencias de una crisis de confianza por incertidumbre respecto de su pago) y el hecho de que “el mercado ya descontaba una reestructuración de la deuda en dólares” por un “perfil de vencimientos muy cargado hacia el período 2024 a 2026″.
Qué es el riesgo país y por qué es importante
El riesgo país marca qué tasa debería pagar cada país si decidiera endeudarse con acreedores internacionales. De esta manera, hoy la Argentina estaría en un terreno por arriba del 22%.
Además, un nivel por arriba de los 2000 puntos deja expuestas las percepciones negativas que tienen los mercados internacionales sobre nuestro país. Esto sucede ya que la suba de este índice responde de manera inversamente proporcional a lo que pasa con los bonos del país, que pierden cada vez más valor.
En resumen, estas cifras marcan la desconfianza sobre la sostenibilidad de la deuda de la Argentina.
Riego país de 2219: las consecuencias probables
“Hoy la Argentina está desconectada totalmente de los mercados de financiamiento exterior y esto acentúa el plan ‘vivir con lo nuestro’, con el agravante de la salida de fondos del mercado de deuda local”, explicó Diego Martínez Burzaco, head of Research de Inviú.
Y analizó: “Hacia adelante, vamos a un escenario de mucha volatilidad con desconfianza, porque no se ve un cambio de rumbo en lo inmediato: eventualmente, a fin de año o a comienzos del que viene, podría haber algún tipo de demanda apostando a las elecciones y un potencial cambio de administración, que podría reestablecer la confianza sobre los bonos”.
Para Castiglioni, de C&T Asesores Económicos, teniendo en cuenta que “el panorama de los vencimientos a partir de 2024 es complicado” para poder cumplir con ellos “hace falta hacer los deberes ahora”. “Reducir el déficit más allá del acuerdo con el FMI y lo que no se termina de ver: convicción política y medidas que acompañen en la reducción del déficit fiscal”.