La deuda pública bruta total del Estado argentino alcanzó a US$ 370.664 millones al 31 de diciembre de 2023, según informó este lunes el Ministerio de Economía.
Este valor significa una reducción de US$ 54.630 millones respecto a los US$ 425.224 millones que se registraban en noviembre a partir de la devaluación que definió el gobierno de Javier Milei a poco de asumir.
La modificación del tipo de cambio ajustó la valuación de la deuda en pesos que había aumentado significativamente durante la administración de Alberto Fernández.
Para el cálculo de las cuentas públicas nacionales, se utiliza el tipo de cambio oficial, que al pasar de $ 365 a $ 800 por dólar disminuyó el valor de la deuda nominada en pesos.
Con este nuevo cálculo la deuda durante el mandato de Fernández se incrementó en US$ 47.600 millones, equivalente al crédito que se mantiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La caída se explica por la valuación de la deuda en pesos que al 30 de noviembre alcanzaba a US$ 132.157 millones y un mes después se redujo a US$ 85.520.
Dada la imposibilidad de tomar deuda en el mercado voluntario internacional, el anterior Gobierno se financió colocando deuda en pesos. Este mecanismo se aceleró desde marzo de 2023 tras un canje de deuda y las colocaciones en pesos pasaron de US$ 65.500 millones a US$ 86.261 millones.
Luego con el exministro Sergio Massa lanzado a la carrera presidencial creció mes a mes hasta el máximo de US$ 132 mil millones.
La mayor reducción se observó en la deuda pública ajustada por inflación (CER) que pasó de US$ 84.958 millones a US$ 42.206 millones. Esta reducción en dólares es a lo que los economistas denominan “licuación” dado que a partir que la devaluación provocó que para cancelar este pasivo se necesitan la mitad de dólares. Eso desde el punto de vista financiero, pero en la vida doméstica la devaluación trae aparejada la inflación que hunde a una mayor parte de la población en la pobreza.
De acuerdo a la planilla oficial, la deuda con el FMI a la fecha es de US$ 40.899 millones, menor a la contraída en pesos y que se actualiza por inflación.