En medio de una debacle financiera global, el mercado financiero argentino soportó el embate y en una jornada que había amanecido con la amenaza de convertirse en un caos cerró con un resultado razonable para la actual coyuntura doméstica.
El germen del “lunes negro” estuvo en la Bolsa de Japón y en Wall Street y se contagió al resto de las plazas globales, pero el aislamiento financiero en el que se encuentra la Argentina en esta oportunidad le jugó a favor.
Incluso el dólar “blue” que en las primeras operaciones picó hasta llegar a los $ 1.420 en la City porteña, revirtió la tendencia pasado el mediodía y terminó en $ 1.390, $ 5 por debajo del último viernes.
Una dinámica parecida se observó en la plaza accionaria. Los ADR de empresas argentinas que cotizan en Nueva York arrancaron con bajas de hasta 12%, para luego recortar pérdidas y terminar con caídas de hasta 4%, lejos del desplome inicial. La reversión trajo también subas como las de Mercado Libre y (0,2%), Transportadora Gas del Sur (0,3%).
En la Bolsa de Comercio de Buenos Aires el comportamiento fue similar con una baja inicial de 4,5%, para completar el tablero diario con un rojo de 0,8%, también con especies en alza.
La historia se repitió en el mercado de bonos ya que los primeros movimientos fueron de importantes ventas que hundieron los valores más de 2% en promedio, pero finalmente se produjo un rebote sostenido y los papeles argentinos terminaron con una disminución de 1%. Al compás de lo que sucedía con los bonos se movió el Riesgo País con un pico de 1.721 puntos básicos en las primeras horas y un final en la zona de 1.639.
Cómo estuvo el resto de las cotizaciones
Los dólares financieros transitaron con mayor calma para cerrar con leves aumentos. El MEP avanzó 0,3% a $ 1.337, mientras que el Contado con Liquidación lo hizo 0,6% a $ 1.326.
El dólar mayorista fue fijado en $ 935,50 y por ende la brecha con el blue quedó en 48%.
Según diferentes operadores el Banco Central no intervino en estos mercados para intentar morigerar las subas que se habían insinuado en un principio a partir de la caída de los bonos.
La explicación se basa en que en una situación de pánico como la que se estaba viviendo en las primeras horas una intervención apresurada podría dejar mal parado al BCRA porque no se conocía la profundidad de la crisis.
Por su operación en el mercado de cambios el Central cedió US$ 24 millones. De esta forma, el saldo de agosto se reduce a compras netas por US$ 96 millones.
El Gobierno minimizó el impacto
El Gobierno minimizó el impacto que la crisis financiera internacional pudiera tener sobre la Argentina, apoyándose en el orden de las cuentas públicas y la baja de la inflación.
“Tenemos claro dónde está nuestra tranquilidad: en las cuentas públicas y que la inflación está bajando”, señaló el vocero presidencial Manuel Adorni.
Adorni aseguró: “No nos es ajeno lo que está pasando. Siempre miramos este tipo de eventos pero tenemos claro lo que estamos haciendo y nada afectará nuestro camino”.
El portavoz presidencial se refirió a la situación ante una consulta que se le realizó en la conferencia de prensa diaria y en momentos en que los indicadores locales mostraban serios deterioros.
Pese a las consultas, al cierre de esta edición el Ministerio de Economía y el Banco Central optaron por no realizar comentarios.
Motivos externos
Tal lo adelantado el viernes por este medio, el origen de la fuerte caída de este lunes fue la suba de la tasa de interés del Banco de Japón, a lo que se sumó el mal dato de desempleo en Estados Unidos (subió de 4,1% a 4.3%) y la sobrevaluación de algunas empresas de tecnología.
El banco nipón subió la tasa a 0,25% y provocó la salida generalizada de muchos inversores que usaban créditos de esa institución para comprar activos en todo el mundo. Con un mejor rendimiento sin riesgo, se desató una ola de venta de activos que hundió el Índice Nikkei 13,47%, su mayor caída desde 1987.
“Japón era una fuente de préstamos baratos. Vos sacabas un préstamos y salías de shopping por el mundo”, señaló el economista Fernando Marull.
Sumó a su diagnóstico “malos balances” de acciones de empresas tecnológicas sobre las que los inversores “se habían pasado un poquito” con incrementos en los papeles de hasta 150%.
En el caso del indicador de Estados Unidos, una mayor tasa de desempleo lleva a los analistas a pensar en la posibilidad de una recesión y apuntan al titular de la Reserva Federal, Jerome Powell por retrasar una baja en la tasa de interés.
El Índice Dow Jones experimentó una caída de 2,6%, mientras que el Nasdaq retrocedió 3,8%.
El economista Salvador Di Stefano consideró que la situación no impactará en la Argentina.
“No veo cambios, porque Argentina tiene cepo. Tenemos los mismos problemas y virtudes que antes Si se hubiese levantado el cepo hoy se iba todo el mundo, pero como tenes cepo no se fue nadie”, explicó el economista. Y destacó que en los próximos meses “habrá ingresos por energía, el blanqueo y la moratoria. Si los salarios le siguen ganando a la inflación, no pasa nada”, remató.
En similar sentido se pronunció el economista David Miazo, quien remarcó que “el estar aislados nos juega a favor”.
No obstante, advirtió que “tener el viento en contra complica la normalización que estábamos esperando. La duda es de dónde van a salir los dólares para pagar la deuda y para sostener el actual tipo de cambio”.
“Con el cepo estamos aislados de la volatilidad internacional. No creo que suframos en el corto plazo”, concluyó.
Mejor los commodities
Los commodities soportaron mejor que los activos financieros el impacto de la crisis debido a que un debilitamiento del dólar supone la posibilidad de un aumento en la demanda.
El mercado de Chicago operó con bajas promedio de 1%, muy diferente a lo que sucedió con acciones, bonos y monedas.
“La posición más cercana de soja registra una caída, mientras que los futuros más diferidos están en aumento. El maíz y el trigo cotizan mayormente al alza. Este comportamiento se enmarca en un contexto global donde los mercados financieros han experimentado un descenso significativo desde la mañana”, señaló Emilce Terré, de la Dirección de Informes y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Terré explicó que “el mercado de commodities agrícolas muestra cierta resistencia, impulsada principalmente por el debilitamiento del dólar a nivel mundial”.
“Este debilitamiento se traduce en un abaratamiento relativo de los commodities, ya que están valuados en dólares, lo que facilita su adquisición por parte de los importadores”, añadió.
La especialista destacó que “el petróleo, un producto altamente correlacionado con los precios de los commodities agrícolas, también muestra fortaleza frente a otros activos”.
“Cabe recordar que los commodities agrícolas ya habían registrado fuertes bajas, cotizando a su menor valor desde 2020, lo que ha mitigado la magnitud de la caída en comparación con otros activos”, agregó.
Terré consideró que “en este sentido, la ralentización de la demanda China y la expectativa de una gran campaña en Estados Unidos han presionado al mercado, en la línea de largada de la cosecha nueva en ese país”.