El Gobierno encara una semana clave en medio de la renegociación con el Fondo Monetario Internacional en busca de un nuevo acuerdo en la previa de las elecciones 2023. Con Sergio Massa como una de las cabezas que lideran las negociaciones con el organismo, buscan llevarlo como acto de campaña en la previa de las PASO.
En la noche del lunes, una comitiva del Palacio de Hacienda viajó a Washington integrada por el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein; el jefe de Gabinete de Asesores, Leonardo Madcur; y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri.
En la previa del viaje, durante el fin de semana, según adelantó Vía País, señalaron que el propio ministro de Economía podría viajar posiblemente el jueves a Washington para participar, el viernes, de la firma del nuevo entendimiento con los miembros del staff del Fondo.
El actual precandidato de Unión por la Patria habló con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, durante el último fin de semana para terminar de destrabar las negociaciones.
En principio, el nuevo entendimiento que buscarán firmar con el organismo de crédito multilateral tendrá características de un programa transitorio hasta la asunción del próximo gobierno cuando ambas partes deban ponerse de acuerdo en una actualización del convenio con vistas a refinanciar U$S 44.000 millones de deuda.
La llegada del ministro a la capital estadounidense coincidirá con la difusión de un dato clave que es el déficit fiscal de junio que marcará el cierre del primer semestre. Este es uno de los indicadores de mayor relevancia en la discusión con el FMI.
En líneas generales, el nuevo convenio tiene como objetivo financiar las obligaciones del país durante el último semestre del año para luego esperar a las nuevas autoridades y plantear un esquema de largo plazo.
La incógnita pasa por conocer cuál será el monto de dinero que Argentina recibirá a la firma, ya que las metas al 31 de diciembre serán revisadas con otros funcionarios en el Poder Ejecutivo. De allí que la duda es cómo el organismo se garantizará que Massa y su equipo cumplan con lo que firmarán.
El FMI frenó un desembolso por U$S 4.500 millones que debía hacerse en junio por no haberse cumplido las metas del primer trimestre y en septiembre tenía que autorizar otros U$S 3.500 contra el segundo trimestre. O sea, el dinero llega a cambio de revisiones contra pautas pasadas y en consecuencia se espera la letra chica para conocer el nuevo mecanismo que debe contemplar el cambio de administración.
El otro punto es cómo se manejará el vencimiento del 31 de julio por U$S 2.700 millones, ya que no habrá tiempo para que el Board del organismo apruebe el nuevo esquema.