El Fondo Monetario Internacional (FMI) relajó las condiciones del acuerdo con la Argentina, al modificar las metas de reservas internacionales y formular una serie de exigencias que no pondrán en riesgo el programa.
Tal vez, el punto más álgido es el pedido para que a fin de este año el INDEC implemente el nuevo índice de inflación, con una actualización de la canasta de consumo. El órgano estadístico lo tiene listo desde fines del año pasado, pero el Poder Ejecutivo frena su entrada en vigor porque ese nuevo indicador contiene un mayor peso de los servicios públicos, los que aún tienen pendiente una serie de aumentos que moverían el índice.
En cuanto al tema reservas, el FMI le dio un waiver por el incumplimiento de la acumulación a junio, disminuyó la exigencia en U$S 5.000 millones para 2025, y prorrogó la próxima revisión para 2026.
De allí que el organismo brindó un amplio paraguas protector al Gobierno de Javier Milei, porque con estas medidas le quita presión sobre los resultados a obtener hasta fin de año.
El objetivo de este nuevo escenario es que Argentina pueda volver cuantos antes a los mercados voluntarios de deuda para renovar futuros vencimientos de capital. Esa opción está vedada con un Riesgo País por encima de los 700 puntos.
“Es un acuerdo que le va a gustar al mercado”, confió el ministro de Economía, Luis Caputo.
“Las reservas internacionales netas (RIN) alcanzaron los U$S 4.700 millones negativos al 13 de junio, fecha de prueba, muy por debajo de la meta de U$S 1.100 millones negativos prevista en la meta del programa”, puntualizó el FMI. El organismo confirmó el pedido del waiver de parte del gobierno argentino, que le fue concedido.
Así, la nueva meta para fin de 2025 establece que las reservas podrán tener un rango negativo de hasta U$S 2.600 millones, cuando en el acuerdo previo preveían un saldo a favor de U$S 2.400 millones.
Para ello, el FMI le pidió al BCRA que “desempeñe un papel más activo en el proceso de acumulación de reservas, incluyendo la compra de divisas según un calendario predecible”. No hace alusión a la actividad del Tesoro Nacional, que en los últimos 35 días compró U$S 1.500 millones, según dijo Caputo.
El documento establece además que “de cara al futuro, la acumulación de reservas también se verá respaldada por la privatización y la venta de activos y concesiones, así como por el apoyo continuo de otros acreedores oficiales”.
El organismo también advirtió que “la posible volatilidad previa a las elecciones intermedias podría poner a prueba las aún incipientes reservas externas de Argentina”.
Respecto del dólar, señaló que “el tipo de cambio seguirá actuando como amortiguador” y remarcó que “se permitirá que las tasas de interés del mercado suban según sea necesario para apoyar la demanda de pesos y los esfuerzos de refinanciamiento de la deuda, así como para limitar el traspaso de las fluctuaciones del tipo de cambio a los precios al consumidor”.
La suba de la tasa de interés que exige el FMI tendrá efecto en el nivel de actividad, por lo cual habrá que ver cómo el Gobierno calibra ese objetivo en plena campaña electoral.