Una impactante noticia golpeó a las puertas del mundo del fútbol este martes cuando se conoció que el futbolista iraní Amir Nasr-Azadani fue condenado a muerte por el régimen de su país por apoyar las protestas por los derechos de la mujer que vienen sucediendo desde hace varias semanas en los principales puntos del país de Medio Oriente.
De acuerdo a lo que señaló la prensa de ese país, la condena contra el joven de 26 años se da producto del “moharebeh”, que viene a ser “enemistad con Dios”. Este tipo de delito conlleva a la muerte a través de la ejecución pública en la horca.
Quienes dieron a conocer la noticia a nivel mundial fue la Federación Internacional de Asociaciones de Futbolistas Profesionales (FIFPRO) que a través de un comunicado señaló que “está conmocionada y asqueada por las informaciones de que el futbolista profesional Amir Nasr-Azadani se enfrenta a la ejecución en Irán después de hacer campaña por los derechos de las mujeres y las libertades básicas en su país”. Y agregó: “Pedimos la eliminación inmediata de su castigo”.
El futbolista tuvo un paso por Rah-Ahan, el Tractor y el Gol-e Rayhan durante su carrera. Ahora, podría afrontar el mismo destino que otras personalidades del deporte, como el luchador Majid Reza Rahnavard, ahorcado en público en la ciudad santa de Mashad por las mismas acusaciones que Amir Nasr-Azadani, todo tras un juicio sin garantías.
El medio también informa de que la familia del futbolista “ha sido amenazada repetidamente por las fuerzas de seguridad de la República Islámica” si desvelaban que su familiar estaba detenido, algo que finalmente ha trascendido.
Solo uno de los internacionales iraníes que acudieron al Mundial de Qatar ha reaccionado ante las ejecuciones y las amenazas de ejecución, el portero Alireza Beiranvand, que pidió en Instagram que las penas fuesen revocadas.