En el partido más atractivo de la fecha, Racing y Boca empataron 0-0 en Avellaneda en un cotejo de ida y vuelta que tuvo todo menos goles. Fue un clásico picante, con hostilidades en la previa y polémica sobre el final del partido.
En la última jugada del encuentro, Boca estuvo muy cerca de ganarlo y la pelota se fue al córner. Fernando Rapallini, árbitro del cotejo, agarró la pelota con una mano y a la otra se la llevó a la oreja, dando a entender que estaba hablando con el VAR y que no habría tiempo para el tiro de esquina.
El Cilindro de Avellaneda se paralizó por un minuto, ya que Rappalini hizo el usual cuadrado con las manos y fue al monitor a revisar la jugada por la cuál fue llamado. Sin embargo, frente a todo pronóstico, el colegiado decidió que no había mano (o por lo menos de manera intencional) de Jonathan Gómez y finalizó el encuentro.
Los hinchas de Boca se manifestaron en redes sociales, tildando a Rappalini de “ladrón” y cosas semejantes. Por otra parte, los fanáticos de River se burlaron de la situación y en broma agradecieron al árbitro. La cuenta oficial de Boca publicó en twitter un emoji dando a entender que el penal era claro y el árbitro no lo cobró.