El autor escocés Ricky Phillips, historiador militar y especialista en la guerra de las Malvinas, acaba de publicar una nueva obra relacionada con el conflicto del Atlántico Sur. Y esta vez, se enfoca en un buque emblemático de la contienda que enfrentó al Reino Unido con la Argentina en el otoño de 1982: el Crucero ARA General Belgrano, atacado y hundido el 2 de mayo de aquel año por el submarino nuclear Conqueror, en una tragedia que provocó la muerte de 323 tripulantes.
Conversamos con Phillips acerca de su obra, que hace trascender al legendario barco; es que “Phoenix & Belgrano: vida y muerte de un buque de guerra 1938-1982” sobrepasa a la misma guerra de las Malvinas para cubrir, de manera ambiciosa y con rigor histórico, el recorrido de una imponente nave, que sobrevivió al ataque de Pearl Harbor, y hasta estuvo en la batalla del Golfo de Leyte (Filipinas), durante la Segunda Guerra mundial, cuando pertenecía a la marina estadounidense.
-Ricky, ¿qué te llevó a escribir esta historia inédita del Belgrano?
-Siempre he sido un fanático de los buques de guerra; y cuando le preguntás a cualquiera, incluso a alguien que no sabe mucho sobre la guerra, qué sabe de ella, siempre al menos ha oído hablar del Belgrano. Sin embargo, es un tema sobre el que nadie en el Reino Unido ha escrito directamente en 40 años, desde el libro de Gavshon & Rice de enero de 1984 “El hundimiento del Belgrano”.
Ese libro causó tal tormenta que nadie intentó volver a escribir la historia y, al final, se equivocaron de todos modos. Entonces, me interesé en el tema y luego se me ocurrió que el Belgrano era un poco como el Titanic, en el sentido de que en realidad sólo es famoso por hundirse.
La gente no conoce o se olvida de que comenzó su vida en 1938 como el USS Phoenix, que sobrevivió a Pearl Harbor, luchó en el Golfo de Leyte, la batalla naval más grande jamás librada, y que tuvo una gran y exitosa carrera.
Parecía que tenía toda una vida que la gente no conocía, y así nació la idea de escribir no sólo un libro sobre el “hundimiento del Belgrano”, sino un libro sobre el barco, sus tripulaciones, sus batallas, de principio a fin. hasta el hundimiento. Y después... Se convirtió en “Phoenix & Belgrano: vida y muerte de un buque de guerra 1938-1982”.
El ataque y hundimiento del Belgrano, ¿un crimen de guerra o no?
-Uno de los mayores mitos que existen en torno del ataque y hundimiento del Belgrano es el de su inocencia. Una acción bélica que se considera como un crimen de guerra, por el hecho de que el buque se encontraba fuera de la zona de exclusión o porque se dirigía hacia el continente en el momento del ataque. ¿Qué pensás al respecto?
-En el Reino Unido y en Argentina (¡y prácticamente en todas partes!) este tema se considera ampliamente. Hay mucha opinión sobre el hundimiento del Belgrano, pero poco conocimiento real. Muchas historias argentinas sobre el incidente siempre afirman que fue hundido “fuera de la zona de guerra establecida por los propios británicos” y eso no es cierto: no había una zona de guerra exclusiva. La Zona de Exclusión Total (TEZ) se estableció para garantizar que ningún barco o avión neutral entrara y fuera atacado.
El 23 de abril (de 1982), la junta argentina había sido informada de que cualquier barco o avión militar dentro de la zona sería atacado, y que cualquier buque o aeronave militar que representara una amenaza fuera de la zona podría ser atacado o tratado en consecuencia. Los británicos pudieron detectar las órdenes argentinas y descifrar sus códigos; y el Belgrano y sus dos escoltas, Hipólito Bouchard y Piedrabuena, estaban muy cerca de la TEZ con múltiples órdenes de atacar. Claramente, representaban una amenaza.
Se enviaron órdenes al submarino HMS Conqueror para que se enfrentara al grupo y luego, cuando el Belgrano dio media vuelta y se dirigió hacia el oeste, esas órdenes seguían en pie. El barco, sin embargo, no regresaba al continente -esto es algo que el Capitán Héctor Bonzo reiteró firmemente muchas veces- sino que regresaba a una zona de espera, lista para volver a intentarlo o emprender una nueva misión.
En otras palabras, el Belgrano todavía era una amenaza. Las acusación de “crimen de guerra” es infundada. Tanto es así que el Capitán Bonzo y muchos otros odiaban escuchar a la gente sugerir eso. Incluso, la investigación naval argentina lo consideró legítimo. Creo que “crimen de guerra” se ha convertido más bien en un eslogan, porque las personas que lo proclaman así son aparentemente siempre las que menos saben al respecto.
-Al hablar con veteranos de guerra que sobrevivieron al ataque al Belgrano, ellos mismos me han expresado su sentimiento de que el barco no era inocente y que estaba preparado para entrar en acción en el teatro de operaciones en cualquier momento...
-Absolutamente. Así era. El Belgrano y sus escoltas recibieron múltiples órdenes de atacar desde la tarde del 1° de mayo hasta la mañana del día siguiente. El Capitán Bonzo incluso llegó a declarar: “Teníamos el gatillo fácil”. El ataque de pinza del 2 de mayo, como estaba previsto, con aviones del portaaviones 25 de Mayo por el norte, Exocets MM38 de las tres Corbetas A69 por el este y los grandes cañones y Exocets del Grupo Belgrano por el sur fue un muy buen plan. Y fácilmente, podría haber sido, como lo describió un oficial argentino, “el Midway del Atlántico Sur”.
Sin embargo, el plan fracasó por varias razones y las fuerzas británicas aprovecharon eso. Si hubiera sido al revés, bien podríamos estar discutiendo ahora sobre el hundimiento del portaaviones británico Hermes y no del Belgrano.
-Volviendo a considerar al Belgrano como una real amenaza para la armada británica, se dice que estaba equipado con misiles mar-mar (MM 38) Exocet, y que contaba con artillería realmente importante. ¿Qué podés decirnos específicamente sobre esto?
-El Belgrano, en realidad, no estaba equipado con MM 38 Exocet, pero sí sus dos destructores escolta, Hipólito Bouchard y Piedrabuena. La razón por la que la gente todavía piensa que el Belgrano tenía Exocets es que, durante la Operación Soberanía, la de la disputa del Canal del Beagle, había una posibilidad real de que el Belgrano tuviera que enfrentarse a dos cruceros chilenos de la misma clase.
Entonces, los carpinteros del Belgrano fueron e inventaron lanzadores “ficticios” de madera en su cubierta para engañar a la inteligencia chilena, y funcionó. Por lo tanto, cuando llegó la guerra de 1982, la inteligencia chilena dijo a los británicos que sí tenía Exocets. Así que fue una buena artimaña.
Pero lo que sí tenía el Belgrano era un total de 15 cañones de seis pulgadas; y la gente olvida o no sabe, que esos cañones eran nuevos. También tenía ocho cañones de cinco pulgadas y sus destructores llevaban seis cañones de cinco pulgadas y cuatro Exocets MM38 cada uno.
En términos de potencia de fuego, el Grupo Belgrano de tres barcos superó a toda la Fuerza de Tarea Británica. Eran barcos más antiguos, con múltiples cañones y blindaje de gran tamaño, lo que suponía una gran ventaja sobre los buques de guerra modernos si se utilizaban correctamente y de la manera correcta. Sin duda, eran una gran amenaza.
-Respecto de la decisión de Thatcher de hundir al Belgrano, ¿crees que fue una acción para boicotear las negociaciones, los intentos de paz, o no?
-Por supuesto que no, y aquí volvemos a ese libro de Gavshon & Rice de 1984 que mencioné antes. Su teoría era que todo se hizo para arruinar el Plan de Paz Peruano, pero simplemente no fue un factor. Si considerás las acciones del 1° de mayo, podés ver que los británicos iban a la yugular e intentaban ganar una guerra, y si mirás las órdenes argentinas del 2 de mayo podés ver lo mismo.
A ningún comandante (y en ambos lados, respondían a órdenes, sea de políticos o de superiores militares) se le dijo que considerara un plan de paz. El Plan de Paz peruano fue sólo otro más en una larga lista de iniciativas de paz que fracasaron, y todas en el mismo punto, en cuanto a si debía incluir los “intereses” o los “deseos” de los isleños de las Malvinas.
Es el mismo argumento hoy; y no se resolverá. No se ha resuelto en más de 40 años, por lo que suponer que el plan peruano era diferente no tiene sentido, porque no lo fue. El elemento central era irresoluble.
También debemos recordar que el Reino Unido todavía, después del hundimiento del Belgrano, se mostró dispuesto a aceptar el plan. Fue Argentina quien lo rechazó. El general Benjamin Rattenbach (autor del informe oficial del mismo nombre sobre la guerra de las Malvinas y las responsabilidades de los mandos argentinos) dijo que ese fue el mayor error de la guerra. El orgullo se interpuso en el camino.
-Analistas del conflicto de las Malvinas consideran que después del Belgrano, el ataque que seguía era al portaaviones 25 de Mayo. Se dice que estuvo en la mira de otro submarino nuclear británico, el HMS Splendid, durante algunas horas. ¿Qué nos podés aportar al respecto?
-Al principio, no se lo consideraba. El submarino HMS Splendid no pudo encontrar al 25 de Mayo. Después del hundimiento del Belgrano, los barcos argentinos regresaban a la seguridad del puerto, y sólo entonces se avistó al portaaviones, con solicitudes para atacar. Pero, a diferencia del Belgrano, en ese momento el 25 de Mayo no era una amenaza. Se iba a casa.
La comunidad internacional había reaccionado enérgicamente ante lo del Belgrano; lo consideraban una “exageración”. Así que el gobierno del Reino Unido sabiamente decidió dejar en paz al 25 de Mayo.
Curiosamente, el 8 de mayo existió un plan secreto para bombardearlo con cazabombarderos Buccaneer, pero no está claro por qué se lo consideró una amenaza en ese momento. Obviamente, el plan no sucedió, pero la inteligencia británica debe haber descubierto algo... Todavía, hay algunos secretos de guerra; y no todos están desclasificados aún. Así que, tal vez, deberemos saber más sobre eso en los próximos años.
-En el libro abordás también el ataque de la aviación naval argentina el 4 de mayo al destructor HMS Sheffield, acción que siempre fue vista como la reacción argentina ante el ataque y hundimiento del Belgrano...
-Sí; consideré el ataque del HMS Sheffield como la venganza del Belgrano. Es que así fue. Hubo una transición simple en los hechos, ya que se hizo que el avión marítimo Neptune, de la Armada Argentina, que buscaba a los supervivientes de Belgrano fingiera que volaba en patrones de búsqueda, cuando en realidad buscaba un barco británico.
Fue desde ese ángulo que conté gran parte de lo sucedido. No quería dejar que el Sheffield eclipsara el hundimiento del Belgrano (en realidad, no son comparables en términos de bajas humanas y pérdidas materiales). Me concentré más en la importancia del incidente, pero siempre en el contexto del libro, en lugar de profundizar en otra historia.
Pero en el contexto de la historia del Belgrano, el ataque al HMS Sheffield tiene un papel destacado. Al relatar las acciones, diría que ese papel fue quitar el velo de la inocencia para ambas partes. Ese fue el momento en que todos supieron que se trataba de una guerra y que no habría marcha atrás...