Boca Juniors, seis veces campeón de América, se enfrentó este sábado a Fluminense con la ilusión de ganar la septiembre. En una final que opuso equipos de estilos disímiles y con un alargue de 30 minutos, el equipo brasilero se impuso con un 2 a 1.
Germán Cano conectó un disparo perfecto y abrió el partido de la final para Fluminense. El primer tiempo terminó 1 a 0.
En el segundo tiempo, Luis Advíncula fue el encargado de anotar el gol para Boca.
La final, al terminar empatada, tuvo que jugar tiempo extra de 30 minutos.
Por un cachetazo, Frank Fabra fue expulsado y dejó con 10 jugadores a Boca en la final de la Copa Libertadores
En los últimos minutos del primer tiempo extra, el Xeneize reclamó un penal. Entre las quejas el colombiano le pegó a un rival.
Boca tenía 11 jugadores y el Flu 10, por eso fue con todo a buscar el empate. En una jugada, dentro del área del Tricolor, el Xeneize pidió penal por un presunto penal, todos los jugadores comenzaron a discutirle al Wilmar Roldán.
Mientras el árbitro del partido, esperaba el llamado la resolución del VAR, y en medio del tumulto Nino y Nicolás Figal comenzaron a empujarse. Hasta que apareció Fabra, que aprovechó que Roldán estaba de espaldas, para darle un cachetazo al defensor del Fluminense.
El referí le mostró la amarilla hasta que recibió el llamado de la herramienta de video y al revisar la jugada decidió mostrarle la roja al lateral.
Cómo llegaron Boca y Fluminense a la final
Boca, que se coronó por sexta y última vez en 2007, intentó cortar la hegemonía reciente de los equipos brasileños, que se quedaron con las recientes cuatro ediciones de la Libertadores, dos ganadas por Flamengo (2019 y 2022) y otras dos por Palmeiras (2020 y 2021).
Además, el “Xeneize” intentó igualar el registro de Independiente de Avellaneda, que se mantiene como el más ganador de la Libertadores con sus siete trofeos obtenidos entre 1964 y 1984.
El equipo boquense que dirige Jorge Almirón protagonizó una campaña impecable en la fase de grupos y se adjudicó el F, luego en los mano a mano eliminó a Nacional de Montevideo, Racing Club y Palmeiras, con la curiosidad que todas las definiciones fueron por penales y se agigantó la figura del arquero Sergio “Chiquito” Romero.
Su rival, el “Flu”, lo más cerca que estuvo de ganar la Libertadores (hasta este 2023 que lo logró), fue en 2008 cuando perdió la final con la Liga de Quito que dirigía el “Patón” Bauza, se adjudicó el grupo D (goleó a River por 5 a 1 en el Maracaná) y luego dejó en el camino a Argentinos Juniors, Olimpia de Paraguay e Internacional de Porto Alegre.
La Mona Giménez estuvo en el Maracaná
“Estoy feliz, contento de estar acá en Brasil”, afirmó la Mona Jiménez en diálogo con Fox Sports y se mostró honrado con el reconocimiento que recibió.
“Nosotros venimos, con un equipo argentino como Boca, a darle todo el corazón para que llevemos la Copa Libertadores a la Argentina”, se ilusionó.
Final de la Libertadores: una previa caliente
Si bien el partido se jugó en tierra brasileña y en la “ciudad maravillosa” a la que pertenece “Flu”, Boca estuvo acompañado por una multitud adentro y afuera del estadio, ya que al menos 100 mil “bosteros” invadieron Río para respaldar al elenco argentino.
En la previa el clima estuvo muy enrarecido por actos de violencia en que la policía brasileña y los barras del “Flu” agredieron a hinchas argentinos y sus familias lo que generó un estado de alerta de parte de la Conmebol y las autoridades de Río de Janeiro y los dirigentes de ambos clubes.
En el caso de Boca, la final tiene trascendencia deportiva y también política, ya que si ganaba la Libertadores sería determinante en las elecciones de fin de año para renovar las autoridades del club. En ese sentido, si Boca se consagraba en Río de Janeiro Jorge Amor Ameal como presidente y su sostén, Juan Román Riquelme como vice y encargado del fútbol, tendrían allanado el camino para seguir en el club cuatro años más, y para la oposición significaría el golpe de gracia.