El 14 de febrero es una fecha muy especial para todas las parejas, ya que se festeja el día de los enamorados. El amor es de los sentimientos más lindos que tienen las personas y hay miles de historias hermosas que emocionan a los lectores, como la de Tania y Nicolás, los correntinos que se conocieron en el carnaval y no se separaron más.
Los carnavales de Corrientes son una verdadera fiesta y es una pasión para todos los que participan en el evento. Es algo tan fuerte que llegó a unir a Tania Rodríguez y Nicolás Pared, dos comparseros que se enamoraron estando en distintas agrupaciones.
“Desde el primer ensayo al último se disfruta”, aseguró Nicolás sobre cómo disfruta del carnaval. Muchas noches siente una emoción inexplicable, “te acordas de todo lo que pasaste para llegar a ese día, se te va al cansancio”, dijo.
Cómo empezó la historia de amor entre Tania y Nicolás
En una entrevista con Radio Dos, la pareja correntina contó que son unos apasionados del carnaval. Él hace 14 años es parte de Imperio Bahiano y ella ingresó en el año 2012 en Kamandukahia, una comparsa distinta, pero con las mismas ganas de ser parte de la gran fiesta.
Los comparseros se conocieron en un viaje que hicieron para una presentación en la provincia de San Juan. Pese a que es una competencia, para ellos nunca tuvo importancia ser de distintos grupos, incluso al principio eran amigos hasta que él se animó a dar el primer paso.
Hace cuatro años Tania se cambió a la comparsa de Nicolás y desde el día que él comenzó a verla como más que una amiga, nunca más se separaron.
Después de unos años pudieron formar su familia con Noah, su hijo de 5 años, quien obviamente ya lleva en la sangre el amor y la pasión por el carnaval. El pequeño deslumbra en la pasarela cada noche con sus increíbles pasos de baile y al ritmo de su Caixa.
Al ser consultados sobre lo que sienten ver a su hijo en los carnavales, la pareja correntina aseguró que “es un orgullo, algo inexplicable”. Además, Noah ingresó a la fiesta cuando tenía apenas 6 meses de vida. Ahora, desfila junto a su papá y disfrutan de la misma pasión, un recuerdo que les quedará de por vida.