El Año Nuevo comenzó en Córdoba con una fatalidad al volante. En las primeras horas del 1 de enero, la ciudad fue testigo de un increíble siniestro en la zona de avenida Circunvalación. En el lugar, seis adolescentes protagonizaron un vuelco, derrape y posterior caída en un barranco a la altura del barrio Hogar Clase Media. Por el hecho, dos mujeres -Eliana Benítez y Candela Martínez Bonaldi- y un adolescente de 17 años, fallecieron. Mientras que, otros tres jóvenes resultaron gravemente heridos.
En la mañana del sábado, ambas jóvenes -Eliana y Candela- fueron veladas en la casa de sepelios Caruso de calle Juan B Justo. Pero pese a poder transitar su dolor, a ambas familias les tocó vivir un increíble hecho: la empresa funeraria confundió los cuerpos de las jóvenes.
Nadia Benitez, hermana de una de las jóvenes fallecidas, contó a Vía Córdoba cómo fue la situación. “El velatorio de Eliana era de 10 a 13 y el de Candela empezaba a las 13 y finalizaba a las 15. Ambas iban a cementerios distintos pero eran veladas en el mismo lugar, Caruso”, comienza relatando.
Previo a esta situación, Nadia fue quien debió ir a la morgue y retirar las pertenencias de su hermana. “En la morgue me dijeron que el cuerpo de mi hermana estaba bien, que no hacía falta reconocerla porque íbamos a poder velarla a cajón abierto. En el lugar, me dieron su documento, sus pertenencias, y yo sabía que era mi hermana”.
Posteriormente, se hicieron los trámites correspondientes en Caruso para comenzar con el velorio. “Vuelvo a casa, y me llaman para decir que ya habían buscado el cuerpo en la morgue, que estaba muy golpeado y que ellos sugerían que fuera a cajón cerrado. Entonces, les dije que de ser así, queríamos verla. Nos dijeron que podía entrar una sola persona a reconocerla, sólo 30 minutos”. Fue su padre quien ingresó y confirmó que se trataba del cuerpo de Eliana.
El sábado, al momento del velatorio, la familia debió adaptarse a los protocolos para poder realizar la despedida final. Pero en ese momento, el cuerpo que estaba dentro del cajón no era de Eliana sino que se trataba de Candela. “La velamos a cajón cerrado. Estuve una hora llorando sobre el supuesto cajón de mi hermana”, comenta angustiada Nadia.
“La mamá de Cande abrió el cajón y vio que no era su hija a quien velaban”
En los últimos minutos de la ceremonia de Eliana, la familia Benitez se acercó a dar el pésame a los Bonaldi. Fue la madre de Candela quien comenzó a dudar del cuerpo que había dentro del ataúd que estaban velando. “Cuando nos acercamos, la madre de Cande nos pregunta si Eli usaba anillos. Ellos no habían podido ver el cuerpo. Pero abrieron el cajón, le tocaron la mano y vieron los anillos. Cande tenía un tatuaje en uno de sus brazos que la madre no se lo vio, y tampoco usaba anillos. Yo en el momento le dije que no, que estaba confundida, que mi papá había visto y era mi hermana quien estaba en el cajón”.
La familia Benitez ya estaba en el cementerio Parque Los Álamos cuando un amigo de ambas familias le comunica que a quien estaban enterrando no era Eliana sino Candela. “Nos dicen que la mamá de Cande abrió el cajón y vio que la chica que estaba dentro tenía brackets y Candela no usaba brackets; mi hermana sí”.
Tras esta información, se contactan con Caruso y piden que abran el cajón que está todavía en la casa funeraria. “Cuando mi mamá llegó a la empresa primero no querían abrir el cajón, pero después accedieron. Cuando lo abrieron, mi mamá corroboró que quien estaba ahí era mi hermana, y el cuerpo de Candela era el que nosotros habíamos velado y enterrado. A mi mamá no le daban soluciones, así que fui yo a la empresa y hablé con Rodrigo, el encargado de ventas, quien me trató de muy mala manera, lo primero que me dijo fue “Sosegate y sentate””.
Ante esta situación ambas familias quisieron hacer público lo ocurrido para que esto no vuelva a pasar. “Ellos no pueden tener margen de error. Yo puedo entender que cualquier persona en otros trabajos puedan equivocarse, pero ellos no. Eran sólo dos cuerpos, que no se prestaban para la confusión porque mi papá ya había reconocido a mi hermana. Incluso, los ataudes eran diferentes”, reclama Nadia.
Y prosigue: “Ahí les dije que a mí no me interesaba la plata, pero quería que me dieran una solución porque yo no iba a volver a velar a mi hermana pero quería que lo solucionaran y, mínimo, se disculparan por esta situación”.
Tras esto, ocurrió otro malentendido, Nadia coordinó que una ambulancia se dirija al cementerio a realizar el cambio pero la asistencia no venía; debieron llamar nuevamente y -según la entrevistada- le justificaron que “pensaban que ellos eran los que se iban a trasladarse a la sede central para realizar el cambio del cuerpo”.
Finalmente, la empresa envió el cuerpo de Eliana a Parque Los Alamos. “Enviaron la ambulancia, y el sepelio que debía durar hasta las 13 terminó a las 16.30. Llegaron, me preguntaron si quería volver a ver el cuerpo y no quisimos volver a abrirlo”, finalizó Nadia.
Ambas familias iniciarán acciones legales a la empresa por lo ocurrido. “Ahora estamos en un momento en el que, lo único que importa, es el dolor que nos generó esto. Pero cuando todo se acomode vamos a iniciar acciones legales. No queremos que esto se vuelva a repetir”.
Este medio se comunicó con personal de Caruso y prefirieron no brindar declaraciones al respecto. Aunque aclararon que estaban analizando el caso y que en la jornada del lunes, los directivos analizarán lo ocurrido.