El 2022 que empezó mal para Talleres, casi le dibuja una sonrisa para la posteridad con lo que hubiera sido un cierre feliz, ganador y millonario. La final en la Copa Argentina le ofrecía todo prácticamente en bandeja, y la derrota ante un impensado campeón como Patronato, lo despojó de todo.
Inconcebible la final que se le escapó a Talleres, ante 35 mil personas que colapsaron Mendoza y cubrieron el 80 por ciento del Malvinas Argentinas, ante un puñado de voluntades del rival, un equipo descendido. Era título, el tan ansiado primer título en Primera, la clasificación a fase de grupos de Copa Libertadores por segundo año consecutivo, enfrentar a Boca por la Supercopa en Emiratos Árabes, una gira por Europa...
Un gol de carambola, de otro partido, le derrumbó la estantería a Talleres. Dejó sin respuestas al equipo de Javier Gandolfi, que había sido mejor en el comienzo del pleito, y enmudeció a la multitud. La mayor movilización en la historia de hinchas cordobeses a otra provincia. Y a la postre, lo único con saldo a favor que le quedó a Talleres en la noche de Mendoza, de la que tardará en despertarse.
LOS PRIMEROS QUE TALLERES NO TENDRÁ
Campeón de Copa Argentina: 36.773.359 de pesos.
Fase de grupo Copa Libertadores: seis millones de dólares.
Supercopa en Abu Dhabi: 600 mil dólares.
Ganar la Supercopa: 1,5 millones de dólares.
Sponsors: por cláusula de renovación, unos dos millones de dólares.
ENTRE LA SUERTE Y LA IMPROVISACIÓN, QUÉ LE FALTÓ A LA T
“El fútbol no es justo, fuimos superiores”, descargó Andrés Fassi sobre la final con derrota para Talleres. Y haciendo foco sobre todo en el insólito gol de Patronato, de un rechazo de Tiago Banega. Sin mencionar, eso sí, que la dosis de fortuna estuvo del lado Albiazul en la semifinal en la que superó a Banfield, sin merecerlo y con el gol que provino de un horror defensivo de Alejandro Maciel.
Fassi, hacedor de este Talleres que disputa finales y desde la nada misma, poniendo de pie al club que salía de la quiebra y militaba en el Argentino A; sabiendo como sabe de fútbol, no puede soslayar que fue el año menos planificado en su gestión. No se trató de mala suerte.
Alexander Medina, a quien pretendían retener al rescoldo de la final perdida con Boca, desairó ese interés Albiazul y no dijo ni adiós. Y dejó a Talleres en la indefinición. Con una contratación a las apuradas de Ángel Hoyos, el técnico que dejó el cargo sin ganar un partido.
Con una deficitaria pretemporada que castigó con lesiones y ausencias a las figuras del plantel, incluso para esta recta final. Con un equipo que no hizo pie en el torneo local y en gran parte de la Liga Profesional ocupó los últimos lugares en la tabla de Liga Profesional y de la anual. La que clasifica a Copas Internacionales, a las que Talleres no accedió.
La inédita contratación de un técnico portugués, Pedro Caixinha, resultó un golpe de timón. Para la clasificación histórica a cuartos de final de la Copa Libertadores. El único equipo que le quitó un punto al campeón Flamengo (2-2 en el Kempes), hasta claudicar ante el Vélez del Cacique en cuartos.
Ese vuelo internacional con Caixinha no despegó en el ámbito local. Desconocedor de la idiosincrasia del futbolista argentino, un par de sincericidios lo alejaron del plantel. Hablaba bastante bien el español, pero no logró hacerse entender.
Con una campaña deficitaria en el torneo doméstico, Gandolfi salvó la ropa por obtener el 70 por ciento de los puntos. Pero más allá del oasis de la Libertadores, el año era con números en rojo. La Copa Argentina salvaba todo. Y se desvaneció entre los dedos.
OTRO TÉCNICO Y UN NUEVO PLANTEL
Más allá de la campaña de Gandolfi con saldo a favor, la tentación de irse a River junto a su amigo Martín Demichelis acelera los pasos en Talleres. Y posiblemente, también un regreso para Frank Kudelka, en armisticio con Fassi.
Del nuevo cuerpo técnico dependerá el plantel 2023. Diego Valoyes, quien en la final volvió a jugar para Deportivo Valoyes, al igual que Enzo Díaz; hace tiempo manifestaron su intención de irse. Podrían haberlo hecho por la puerta grande, lo harán por la ventana.
Michael Santos manifestó que desea seguir, en parte atado por el contrato de un año más. Importante cuando estuvo, pero salteado. Con un desgarro que le llevó mes y medio de recuperación. Un 2022 en el que brilló por ausencia que por goles.
Entre el mucho dinero que Talleres perdió en los 90 minutos contra Patronato, estará el ítem aún sin cuantificar en la cotización de sus jugadores principales, que con el dorado del título de campeón, iban a reportar más dinero.
