El aumento de las temperaturas y la inminente llegada del verano, propician la reaparición de la popular frase de “Llegar al verano”. Si bien las nuevas generaciones han logrado replegar las estrictas medidas del 90-60-90, aún quedan vestigios de esa concepción del cuerpo.
Al respecto, hablamos con la Licenciada en Nutrición Candela Santoni quien destacó lo peligroso de la frase, y el concepto, para la salud mental. Además, recalcó la dificultad de seguir dietas “mágicas” y restrictivas que involucran la eliminación total de ciertos alimentos.
“LLEGAR AL VERANO”, UNA FRASE POPULAR QUE SE VUELVE PELIGROSA
La frase “Llegar al verano” fue muy famosa en los años ‘90, ‘00 y ‘10, cuando los cuerpos eran un tema de conversación abierta. Sin embargo, la movida feminista comenzó a promocionar el concepto de “Body Positive”, donde cada cuerpo “es como es” y la figura dejó de ser un tema de opinión pública. Sin embargo, aún quedan vestigios de este concepto tan peligroso.
“¿Llegar para quién?, ¿a quién nos tenemos que mostrar?, ¿a quien hay que rendirle esto de “llegar”?, ¿cómo nos afecta emocionalmente esto de “llegar al verano”?, ¿a qué me tengo que someter y bajo qué estereotipo lo hago?”, cuestionó la profesional cordobesa en diálogo con Vía Córdoba.
En tanto, explicó: “La sociedad tiene mucho que ver, implícitamente se impone un tipo de cuerpo, de tales y cuales medidas y quien no está dentro de los parámetros, no rinde. Esto genera muchísimos trastornos, sobre todo por lo de la imagen corporal y el querer pertenecer”.
Luego, reflexionó: “Si yo me siento bien con mi cuerpo y no es perjudicial para la salud, para qué lo hago. No tengo por qué llegar al verano”.
“DIETAS MÁGICAS”, LAS ALIADAS DEL DESCENSO DE PESO INSTANTÁNEO
Sólo basta escribir “dieta” en el buscador de Google para encontrar millones de formas “mágicas” para descender de peso, en sólo unos días. Sin embargo, este tipo de recetas son caratuladas como “peligrosas” por los profesionales de la salud, sobre todo, por su grave impacto emocional.
“Las dietas mágicas existen. En su mayoría, se basan en la restricción de algún tipo de alimento, pero te hacen pasar hambre y no son sostenibles en el tiempo. Hacen que bajes de peso muy rápido, pero que no lo puedas mantener, porque en algún momento te vas a topar con eso que no estás comiendo y va a llegar el atracón”, detalló Santoni quien explicó que estas situaciones provocan una mala relación con la comida.
“‘La restricción lleva al atracón’, es una de las frases que me gusta decir. Si uno sigue una dieta restrictiva pasa hambre, eso genera ansiedad y mal humor; y cuando uno se topa con esos alimentos que sacó, vuelve a comer desaforadamente: ahí, baja la motivación y llega la culpa. Entonces, las dietas tienen un fuerte impacto en las emociones”, sumó.
CAMBIOS DE HÁBITO, LO MÁS RECOMENDADO POR LOS NUTRICIONISTAS
La licenciada recalcó que un cambio de hábito es una mejor elección que la dietas restrictivas. Al respecto, la profesional dio recomendaciones para lograrlo:
- Objetivos cortos y medibles: “Debemos ser realistas con lo que queremos lograr y poder hacerlo”, explicó.
- Organizarse: “Vivimos a las apuradas, así que es importante ser previsibles con los alimentos. Siempre tener alguna vianda, alguna ensalada que te salve”, destacó.
- Consumir las cuatro comidas: en este caso, Santoni apuntó a evitar el picoteo y tener un ambiente seguro. “Si sé que voy a comer vorazmente algo que me gusta, no lo dejo a disposición. Es mejor ir a comprarlo y hacer consciente ese consumo”.
- Consumir frutas y verduras, cinco porciones al día. “Las de estación siempre son las más recomendables porque son las más baratas”, señaló. Y dejó otro “tip económico”: “Si no podemos comprar carne, el huevo y la lenteja son dos opciones más rendidoras y económicas”.
- Tomar mucha agua.
Finalmente, profundizó: “Hay muchas cosas que se recomiendan y uno las ve y desorbita los ojos. Hay productos que son un rotundo no, por ejemplo, quemadores de grasa o esos polvitos mágicos que se le agregan a los carbohidratos. Es importante que uno se plantee ¿hasta dónde voy a creer eso que me recomiendan?”.