Este viernes por la tarde, médicos del Hospital de Urgencias de Córdoba procedieron a quitar el soporte vital al paciente de 64 años internado desde el pasado 13 de marzo en estado vegetativo. La medida fue confirmada por la abogada de la familia, quien destacó que ahora comienza el “duelo final” de sus seres queridos.
“Familiares nos acaban de confirmar que se procedió al retiro del soporte vital a J.S.”, dijo a Cadena 3 la abogada de la familia. “Estuvimos este viernes desde las 6 en el Hospital”, agregó la letrada y recordó que desde JS estuvo dentro del centro durante ocho meses.
“Fue una larga espera. Nos deja un gusto bastante amargo sobre cómo procedieron desde el hospital y el cuerpo de asesores de la Municipalidad de Córdoba”, cuestionó la letrada. El municipio decidió este jueves 9 de noviembre no apelar la decisión del Tribunal Superior de Justicia, que ordenó una muerte digna.
EL CASO DE J.S. Y EL RECLAMO DE SUS FAMILIARES
J.S. se encuentra en estado vegetativo después de haber sufrido un accidente en la vía pública. Permaneció en terapia intensiva y fue pasado a sala común. Por consejo de dos comités de bioética, los familiares rechazaron el tratamiento terapéutico y pidieron que se respetara la voluntad que el paciente había expresado antes del accidente.
Los familiares recurrieron a la Justicia y dos fallos ordenaron al hospital que “sin dilaciones” respetara la voluntad del paciente. Marianela y Silvia Sosa, hija y hermana del paciente, se manifestaron este viernes a la puerta del hospital para solicitar que se respetara el fallo del TSJ. El amparo había sido presentado el 28 de junio bajo el patrocinio de las abogadas Diva Ibargüengoytía y Alina Dutto.
A diferencia de otro tipo de pacientes, este hombre tenía dañada su corteza cerebral. Esto significa que no cuenta con la capacidad de percibir hambre, sed, dolor ni tampoco lo que sucede en su entorno. No tiene vinculación con el exterior, explicó Carlos Soriano, médico especialista en bioética. “Nada de lo que a él le suceda en este momento le va a generar un sufrimiento”, aclaró.
El retiro del soporte vital se realizó de manera controlada. La causa de muerte se concreta por el llamado “desequilibrio electrolítico” (no por inanición). “El riñón, al no recibir líquidos, tiene un desgaste metabólico, filtra menos el agua. Uno de los electrolitos comienza a acumularse y el corazón se va parando de a poquito. El paro cardíaco se produce sin sufrimiento, sin hambre ni sed. El proceso puede durar desde tres a 10 días”, explicó Soriano.
Al ser un proceso controlado y con asistencia de cuidados paliativos, personal capacitado puede dar respuesta en caso de aparecer algún síntoma. “En esta situación puntual, con una corteza cerebral totalmente lesionada, no existirá esa dificultad de hambre, sed o dolor”, reiteró.
La ley de muerte digna significa permitir que la enfermedad evolucione y siga su curso, sin tratamientos que prolonguen artificialmente la vida. No es lo mismo que la eutanasia, que significa provocar activamente la muerte con la asistencia de algún elemento letal.