El triunfazo de Instituto en Junín, con el 2-1 sobre Sarmiento en el inicio del Torneo de la Liga Profesional, le dejaba un costado negativo a los Albirrojos: la lesión en la rodilla que obligó a Fernando Alarcón a pedir el cambio, por lo que se temió lo peor en Alta Córdoba.
Pero el técnico Diego Dabove le llevó tranquilidad a los hinchas. “A Fernando ya le hicieron los estudios esta mañana. Por suerte no es nada grave. Creemos que lo perderemos dos partidos, más tardar tres. Conociendo el Palomo no creo que lo perdamos más de dos partidos. Anoche quería volver a entrar”, aseguró el DT en Tercer Tiempo, por Radio Sucesos.
Más tarde, el club de Alta Córdoba confirmó el diagnóstico: un esguince del ligamento colateral medial de la rodilla izquierda. Un alivio, porque Instituto ya perdió en lo que queda del año a Roberto Bochi por una lesión seria en la rodilla, y se temía que lo del Palomo fuera más grave.
EL RESPALDO DE DABOVE A LOS JUVENILES DE INSTITUTO
“Cuando asumí en Instituto, pibes como (Gonzalo) Requena, Damián Puebla y (Nicolás) Dubersarsky, estaban en Reservas y ahora son titulares”, remarcó Dabove, sobre lo que fue el debut entrendo en la formación inicial para el zaguero central y el volante, quien tuvo la mala fortuna de convertir un gol en contra.
“Valoro mucho el post gol en contra de Duber. Nunca se cayó. No entró en sintonía negativa. Enseguida metió un par de pases buenos. Eso buscamos. Gonza Requena también tuvo un gran partido. Es para destacar el trabajo en Inferiores”, elogió el DT Albirrojo.
“Es difícil hablar de un equipo titular. Todos responden. Me gustó el trabajo del equipo en general. Viendo el video me quedó una mejor sensación que en la cancha. Nos faltó tranquilidad para el ultimo pase y definirlo. Tiene que ver con la racha que veníamos, en otro contexto lo hubiéramos ganado por más diferencia”, señaló Dabove.
Y destacó el apoyo recibido desde la dirigencia: “Juan (Cavagliatto) y Fede (Bessone) nos brindaron tranquilidad todo el tiempo en la racha adversa. Siempre tuvimos tranquilidad para trabajar, es un procesos. No hay nada como ganar. Era una sensación que se necesitaba a nivel grupal. Por eso el festejo en el vestuario”.