Por Mariano Iannaccone.
Pasada la medianoche, todavía no se sabía nada del cordobés Juan Carlos Carignani, quien en su sexto Dakar participa como navegante del alemán Bernd Hoffmann en un buggy de la categoría UTV, el que lleva el número 439.
Después de un recorrido extenuante, que se había iniciado en San Juan de Marcona y buscando la llegada a Arequipa, la madrugada de este jueves los encontró en una profunda zanja, a donde su vehículo Can-am Maverick X3 quedó atrapado, después de un vuelco.
"Vivimos momentos realmente desesperantes", asegura Juanky. "Estábamos todavía adentro del buggy y escuchábamos como pasaban a metros de nosotros los demás competidores, con el riesgo de que, al no vernos, pasaran por arriba nuestro o se nos cayeran encima", relata.
Apenas pudieron salir del vehículo, colocaron algunos objetos para advertir sobre la localización de su coche a los demás vehículos que venían en carrera. "Pusimos algunos triángulos y hasta nuestros cascos; pero lo mismo, pasaban muy cerca nuestro", describe.
Exhaustos por el esfuerzo de la etapa –la más extensa hasta el momento del rally-, se tiraron a descansar en pleno desierto, a unos 100 metros del buggy, hasta que amaneció. "Nos pasaron algunos buggys muy cerca, a fondo. Había mucha neblina. No se veía nada", recuerda Carignani. El coche había quedado dado vuelta; después, algunos competidores los ayudaron a colocarlo sobre sus cuatro ruedas.
Con las primeras luces, encontraron un poblado; en un pequeño hotel, se alojaron y comenzaron a organizar el rescate del vehículo por parte de su equipo. El cordobés anhelaba: "Esperamos sacarlo de la zanja, llegar al campamento, reparar y continuar en carrera…".
El Dakar 2019 llegaba este jueves a Moquegua, en el caso de los motociclistas, y a Tacna, en el de los pilotos de coches, vehículos UTV y camiones. Todos, en el marco de la Etapa 4, sin asistencia. Recién este viernes, al finalizar la Etapa 5, se reencuentran con sus equipos en Arequipa, donde el sábado se vivirá el Día de descanso.