La lluvia no cesa, y en algunas ciudades cordobesas las postales del agua llevándose todo se repiten verano tras verano. Este panorama desolador es el que se vivió este fin de semana en la localidad cordobesa de Santiago Temple, ubicada en el departamento Río Segundo, a 80 kilómetros de Córdoba capital.
Allí el agua volvió a caer “a baldes” y desde el sábado los vecinos están desesperados y temen que todo se agrave con el pronóstico de nuevas precipitaciones. “La tormenta se inició a las 9 de la mañana y, cuando menos nos dimos cuenta, el agua ya había empezado a juntarse y a afectar algunas viviendas”, contó a Día a Día uno de los vecinos que guarda su identidad por temor a represalias.
Como se aprecia en las fotografías, la lluvia no sólo se acumuló a causa de los desagües tapados, sino también por la llegada de agua proveniente de algunos campos de la zona.
Otra vez y van… El mayor desconsuelo de los habitantes de esa localidad es que ya han vivo estas terribles circunstancias hace dos años atrás, cuando decenas de familia perdieron todo. A partir de ese momento surgió un grupo auto convocado que, sin la venia del municipio local, lograron la realización de obras en algunos campos aledaños.
Luego de peregrinar, expertos de la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia explicaron a los vecinos que la intendencia debía construir un desagüe en la ciudad, lo que no implicaría una gran inversión. Según relatan los vecinos con los que este medio se comunicó, la obra nunca se realizó pese a la insistencia.
“Nosotros sabemos que la lluvia y el avance de la naturaleza es difícil de parar, pero entendemos que es nuestra obligación hacer todo lo posible para evitar daños mayores. Y desde el municipio eso no se hizo”, sostuvo otro vecino.
En Santiago Temple, donde viven unas 3.500 personas, el ánimo no es el mejor por estos días. Algunos ya se han autoevacuado y con el mal tiempo amenazando temen volver a vivir el horror que sobrevino hace poco menos de dos años.