Juan Dalmasso es cordobés, tiene 27 años y desde hace un tiempo vive en Nueva Zelanda junto a su novia. Oriundo de San Francisco, es el único argentino entre los 17 mil voluntarios que trabajarán en el Mundial Rusia 2018.
"Recuerdo que nos levantábamos con mis hermanas a ver Hijitus antes de ir a la escuela y veíamos las publicidades de Francia '98. En ese momento pregunté qué era un Mundial de Fútbol y me contaron la historia de los encuentros deportivos y que había asistido a un partido de la Selección Argentina, en Córdoba, en el Mundial '78. Después de ese Mundial, de hace 20 años atrás, me hice hincha de Boca por mi papá y desde ese día no me pierdo ningún partido", cuenta el joven a La Voz de San Justo.
Juan estudió en la ciudad de Córdoba y desde hace unos años vive con su novia Florencia en Wellington, la capital neocelandesa, donde se dedica al desarrollo de software.
Dalmasso ya está en la sede de Ekaterinburg, considerada la más oriental por estar a los pies de los Urales, en la puerta de entrada de la Rusia Asiática. "El fútbol no es tanto lo mío", dice, aunque juega de arquero en un equipo amateur llamado Sudakas FC.
Y agrega: "Nunca fui muy buen jugador, no me gustaba correr mucho. Será por eso que luego de más grande elegí ser arquero".
Formar parte del Programa de Voluntariado de la Copa Mundial de Fútbol en Rusia es la posibilidad de cumplir un doble sueño. "Por un lado voy a ver el mundial y por el otro, soy parte de su organización. Es el evento deportivo más grande del mundo y solo ocurre cada cuatro años. Estoy seguro que la experiencia va a ser algo que no voy a olvidar", asegura.
Después del proceso de selección, el cordobés tuvo que "firmar contratos de confidencialidad y aprender sobre la cultura local". Su tarea será el mantenimiento de las redes de Internet en los estadios, el funcionamiento de las impresoras y la resolución de problemas en el área de sistemas.
"Tengo la posibilidad de ver a la Argentina si clasifica a la segunda ronda, lo cual sería el cierre perfecto para este viaje. Mi novia viaja a fines de junio hacia Moscú, donde nos encontraremos para viajar un poco y seguir a la selección en cada momento", cierra el sanfrancisqueño que se ilusiona con poder ver a Messi en acción.