En los primeros días de esta semana se conoció que, a través de la resolución 1044/2018, el Ministerio de Salud de la Nación estableció un límite de edad para los tratamientos de fertilización asistida. Para el caso de mujeres que se someterán a tratamientos con óvulos propios, el tope establecido son los 44 años; y en el caso de óvulos donados, los 51.
Pero además, la normativa aclara que aquellas mujeres que entre 44 y 51 años hubieran criopreservado sus propios óvulos antes de cumplir 44 podrán realizar cualquier tratamiento con sus células.
El tema trae de la mano algunos debates. Las experiencias, las posturas éticas y religiosas y la evidencia científica dan lugar a múltiples opiniones.
"Estos límites son correctos porque lo que se busca, además de controlar la realización de tratamientos y darle un marco a la cobertura, es cuidar a las mujeres que van a tener a estos bebés, y a esos niños por nacer. La naturaleza ha establecidos límites, y a esos límites los debe asumir, en la enorme mayoría de los casos, la mujer, ya que la edad es el factor más determinante en lo que respecta a infertilidad", explica el doctor César Sánchez Sarmiento, director médico de Nascentis.
Y continúa: "Las mujeres nacen con aproximadamente seis millones de óvulos en estado inmaduro. En el inicio de la pubertad, la mayoría de esos óvulos inmaduros se perdieron naturalmente, por lo que llegan a la edad fértil o edad reproductiva con un número aproximado de 400 mil óvulos con capacidad de lograr, en las diferentes ovulaciones, la madurez suficiente como para ser penetrados por un espermatozoide".
Los óvulos tienen la edad de la mujer (cada año que pasa tiene menos cantidad de óvulos) y se calcula que al llegar a los 35 años, una mujer tiene menos de 25 mil óvulos. Esos óvulos envejecen junto con la mujer por lo que la capacidad para ser fertilizados también se desvanece.
"La edad de la mujer condiciona su capacidad reproductiva, pero también la posibilidad de llevar a cabo un embarazo de manera sana y segura para ella y su bebé", indica el especialista.
Y cierra: "En la clínica siempre le decimos a las mujeres que nos consultan, y a tantas otras que conocemos en las charlas que damos en todo el país: no es un capricho médico cuando insistimos con que la edad es importante, que no dejen pasar el tiempo. La naturaleza les dio la posibilidad de gestar y parir, pero también puso un límite, y la ciencia puede moverlo, pero no más allá de lo ética, humana y médicamente posible".