Los piojos afectan por igual tanto a varones como mujeres, y con mayor frecuencia entre los cuatro y 14 años. Lo mejor es tratarlos en cuanto se detecten para evitar que se contagien de una persona a otra.
Estos bichitos son ectoparásitos, esto quiere decir que viven en el exterior del cuerpo. Residen en el cuero cabelludo y se alimentan de sangre humana. Pueden ser de color marrón claro a negro, dependiendo de la tonalidad del pelo del huésped, al que se adaptan para poder camuflarse.
Los piojos no saltan ni vuelan, el contagio se produce por contacto directo cabeza con cabeza, y también de forma indirecta a través de peines, cepillos, gorros, ropas, sábanas, areneros o colchonetas no higienizados correctamente. Al ser un parásito exclusivo del humano, no existe el contagio a partir de animales.
Existen múltiples tratamientos locales: manual y químico La clave del tratamiento es la utilización del peine fino metálico, ya que los plásticos se deforman fácilmente. Se debe pasar de raíz a puntas todos los días. El uso del peine fino es inocuo, económico y no crea resistencia agregada.
Los productos químicos que existen en el mercado actúan sobre los piojos y prácticamente no afectan a las liendres, por lo que el procedimiento debe repetirse entre los siete y los 10 días de la primera aplicación cuando las liendres residuales ya se han vuelto piojos adultos.
Capilatis comparte tips para evitar su presencia:
1. Revisar/Detectar
Es fundamental revisar de forma diaria la cabeza de los niños, sobre todo en la zona de la nuca y detrás de las orejas.
Para poder detectar más fácilmente a los piojos y a las liendres, es mejor aprovechar el sol trabajando cerca de una ventana, o bien ubicarse debajo de una luz fuerte. Es ideal usar un peine grueso para separar el cabello en sectores y dividir las zonas a inspeccionar.
2. Identificar
Los piojos en principio son transparentes, pero van cambiando su color a marrón rojizo cuando comienzan a alimentarse de sangre. Los piojos no saltan ni vuelan; caminan por el cabello y se aferran a él con sus garras.
Las liendres (huevos de piojos) son grisáceas, ovaladas y están adheridas a cada cabello muy cerca del cuero cabelludo. Pueden encontrarse en todo el pelo, pero suelen alojarse más frecuentemente detrás de las orejas y en la nuca. Son mucho más difíciles de desprender que los piojos, incluso que la caspa o cualquier otro residuo que tenga el cabello.
3. Aplicar
Usar siempre productos específicos, NO Tóxicos, preferentemente SIN pediculicidas químicos y NO irritantes. Las lociones en base a Palo Amargo y Aceites Esenciales Naturales resultan ideales.
Aplicar sobre el cabello seco o apenas húmedo, cerca de las raíces, asegurando que toda la superficie del cuero cabelludo quede embebida con el producto. Luego pasar un peine común para distribuir el producto y esperar unos 10 minutos. Es imprescindible respetar las instrucciones de uso de cada producto y los tiempos de aplicación.
4. Remover
Se puede colocar primero una toalla sobre los hombros para proteger las prendas. Dividir el cabello por secciones con hebillas, tomar cada sección por separado y pasar el peine fino desde la raíz hacia las puntas y desde arriba hacia abajo.
Luego de cada pasada, higienizar el peine con un papel o enjuagarlo con agua tibia para retirar los piojos y liendres eliminados.
Repetir el proceso hasta terminar con todos los mechones dedicando, como mínimo, unos 10 minutos a esta etapa del tratamiento.
5. Evitar la presencia de piojos y liendres
Mantener el cabello limpio, preferentemente corto o recogido.
Revisar a diario la cabeza y pasar el peine fino.
Evitar el contacto directo de la cabeza con pisos, césped y arena.
No intercambiar elementos utilizados en cabellos ajenos como peines, gorros, gomitas de pelo, hebillas.
Usar gorra de baño en piletas.
Aplicar una loción a base de palo amargo para evitar la presencia de piojos antes de ir al colegio, pileta o lugares públicos (especialmente detrás de las orejas y en la zona de la nuca).
Lavar diariamente con champú y desenredante a base de Palo Amargo para evitar la presencia de piojos.
Consecuencias de no tratar la pediculosis
Irritación de la piel y excoriaciones por rascado.
Sobreinfección bacteriana secundaria.
Alteraciones de las características normales del cabello.
Ausentismo y disminución del rendimiento escolar: la pediculosis produce en los niños alteración en la atención y la concentración, lo que puede llevar a dificultades en el aprendizaje.
Sufrimiento de bullying del niño afectado, en el colegio.
Es importante que los niños entiendan que no han hecho nada malo y que el hecho de tener piojos no los convierte en personas sucias, que es algo que le puede pasar a cualquier persona y que tiene solución.