En vacaciones los horarios se vuelven flexibles y cada persona se da mayores "permitidos" en su rutina diaria. Hay más licencias en el cuidado del cuerpo y muchas veces se tiende a recuperar en verano los kilos perdidos en invierno. ¿Cómo combinamos el ocio y el disfrute con opciones que sean saludables?
El doctor Néstor Vincent, especialista en belleza y Director de la Clínica Ciencia Estética Quirúrgica, brinda sus consejos para ganar en disfrute y no en kilos.
Hidratación y protección
La solución para mantener una correcta hidratación de la piel en verano pasa por elegir texturas más livianas o refrescantes como los geles, que permiten evitar la sensación pegajosa que dejan las cremas más densas. Nunca olvidar la protección solar adecuada según nuestro tipo de piel.
“Al igual que no hay que esperar a tener sed para tomar agua, tampoco debemos esperar a que la piel se encuentre deshidratada o enrojecida para colocar cremas corporales y faciales", explica Vincent.
Y agrega: "En cuanto a la ingesta de líquidos, la opción inteligente pasa por optar por los jugos naturales y el agua, Sin restringirse completamente, pero sí reduciendo la ingesta de alcohol al mínimo y nunca tratando de calmar la sed con bebidas alcohólicas”.
Alimentación
El verano tiene dos caras. Por un lado las altas temperaturas predisponen a comer menos y preferir alimentos más livianos; pero por otro, comemos más fuera de casa y tendemos a no respetar los horarios, picar a deshoras o pedir comida a domicilio, con menúes que casi nunca son saludables.
La clave pasa por la moderación, evitar los excesos sin privarse por completo para no tener luego un efecto rebote. "La dieta debe ser siempre equilibrada, es sabido que una dieta demasiado restrictiva, además de otros problemas para la salud, contribuye a la generación de celulitis y flacidez", destaca el especialista.
Ejercicio
Para los fanáticos del gimnasio existen muchas opciones en los lugares del veraneo, pero si la idea es dejar la rutina por unos días, el ejercicio moderado pero constante es ideal. Las clásicas caminatas son beneficiosas porque tonifican, por ejemplo.
“El peor error es querer compensar una ingesta excesiva de alimentos y bebidas poco saludables con más y más ejercicio. El cuerpo responde acumulando mayor cantidad de grasa, preparándose para el esfuerzo desmedido que tiene por delante. Además, las personas que intentan hacer demasiado ejercicio sin haber tenido una preparación física durante el año, probablemente se lesionen, algo que nadie querría para sus vacaciones”, asegura.
