El damasco en sí ya es un súper alimento, es muy terapéutico en el tratamiento del asma, bronquitis, tuberculosis, anemia, entre otros. Es es una buena fuente de minerales, y muy beneficioso para la salud. Además sus semillas son molidas en polvo y por lo general se las incluyen en los jabones, jugos de frutas, cereales, verduras y diversas salsas, o inclusive pueden comerse crudas.
El aceite de damasco es un aceite vegetal que se obtiene por presión de la semilla del damasquero. Es un aceite ligero y de fácil absorción. Además, tiene caroteno, que es un nutriente importante en la prevención varios tipos de cáncer.
Contiene vitamina A, vitamina E, vitamina B1, vitamina B2, vitamina B3, vitamina B5 y la vitamina C, hierro, cobre, potasio, sodio y magnesio. En cosmética, se lo usa por ser un humectante que ayuda a tratar la piel y el cabello seco, aportándole brillo y suavidad.
Entre sus propiedades podemos contar que gracias al contenido de ácido gamma-linolénico es perfecto para tonificar y para mantener la firmeza. Además por ser rico en vitaminas A y E, retrasa el proceso de envejecimiento, manteniendo el cabello joven y suave.
Es además eficaz para reducir o eliminar los eczemas y promueve el crecimiento del cabello por sus nutrientes, especialmente la vitamina E, que mejora su brillo y reduce los problemas en el cabello seco. Combinando con otros aceites como el de ortiga, detiene la caída del cabello, brindando mucha circulación y salud al cuero cabelludo.