Belgrano terminó en ganador un año azaroso. Curiosamente, el quiebre lo marcó la goleada recibida en la Bombonera, en el debut de Pablo Lavallén. Y a partir de allí no perdió y encadenó cinco fechas sin perder.
De hecho, completó la primera parte de la Superliga invicto en el Gigante, y sin que Lucas Acosta, una de las figuras, recbiera goles. El estadio Julio César Villagra se reinauguró en setiembre y fue un bastión Celeste.
Otro hecho trascendental en el año Pirata fueron las elecciones en las que el oficialismo debió competir en las urnas por primera vez desde que Armando Pérez comandaba el club. Y su sucesor, Jorge Franceschi, venció de manera aplastante al opositor Santiago Montoya.
Ya como gerente deportivo, Pérez dio en la tecla con Lavallén en un 2017 por el que pasaron tres técnicos. Los predecesores fueron Leonardo Madelón y Sebastián Méndez, quien se fue tras un duro golpe como fue la eliminación de Copa Argentina y sin que quedaran en claro los motivos.
La firmeza defensiva a partir de su arquero, y con un Cristian Lema recuperado. El repunte de Federico Lértora, Jorge Ortíz (el refuerzo más cotizado) y sobre todo de Matías Suárez, hacen que el horizonte sea más Celeste para el 2018. Sobre todo porque Lavallén es optimista en profundizar su propuesta.
Pidió un extremo izquierdo y está al caer Santiago Rosales, sin lugar en Racing Club. También a Santiago Silva y el goleador parecía a un paso tras su salida de Universidad Católica, pero se complicó y habría que buscar plan b.
Justamente, el "9" actual que es Tobías Figueroa y quien no pudo convertir en la Superliga, emigraría a Chile, a Unión Española.
El plantel vuelve de las vacaciones el miércoles 3 de enero y al día siguiente viaja a Salsipuedes para la pretemporada en la que Lavallén lo quiere poner a punto. Después del clásico del 17 de enero con Talleres (terminó apenas un punto abajo en la tabla), el primer compromiso de Superliga será el domingo 28 en Bahía Blanca frente a Olimpo. Y con la fe renovada.