Por Jorge Nahúm.
El último en irse. De a poco se fueron acallando los cánticos, el griterío que comenzó en la tarde del viernes en Salta y retumbó en Nueva Italia, en el Miguel Sancho, para continuar el sábado hasta pasado el medio día, con el recibimiento triunfal al plantel campeón. Al Racing que ascendió al Federal A.
El último en irse es Juan Pablo Rezzónico. Son más de las 14.30 y sigue allí, en Nueva Italia, en el césped que podría ser el del patio de su caso, porque es lo mismo. Habló con todos, se abrazó con todos, se emocionó por todos. La última foto es junto a la familia. Con Carolina y los mellis, Ciro y Bianca vestidos de la Academia, con el 2 en la espalda y los colores en la piel y en la sangre. Familia racinguista.
"No tiene precio, es algo único que se da muy pocas veces en la carrera de un jugador, en la vida de una persona". Rezzónico recorre las tribunas y el campo de juego, que ya quedaron despoblados, como reteniendo en las retinas cada instante de una jornada para el recuerdo.
Como lo haría su abuelo, de los primeros socios de Racing. Como su papá Mario y la mamá Mabi. Como sus hermanos Nelson y Cristian, hinchas perros de la Academia, que viajaron a Salta y dieron todo, como el equipo, para ese 4-3 memorable por los penales frente a Central Norte. Familia racinguista.
"A este ascenso lo disfruté más que a nada por todo lo que nos costó. El del 2004, con un gol mío para subir a la B Nacional, fue muy importante. Pero era otro momento. Era joven y recién empezaba. Ahora el ascenso no se podía postergar, por eso es incomparable", remarcó el zaguero y capitán, de 38 años quien anunció su retiro. Aunque todos en Nueva Italia procuran retenerlo al menos un año más.
"Nos tocó luchar contra todo. Revertir marcadores en las tres series, enfrentar factores extra futbolísticos, parecía que nos querían bajar, que nos querían fundir. Y salió a relucir el espíritu de este equipo", destacó.
Su voz fue llenando el alma de cada hincha de Racing desde el mensaje de la campaña de socios con el "Racing vuelve", que fue más que un slogan. "Los chicos del plantel me gastaban porque lo dije un montón de veces y desde el principio del torneo. Y lo dije convencido, porque estaba la sensación del inicio de algo importante. Había cosas para corregir sobre la marcha, pero teníamos con qué. Y había que hacerse cargo de lo dicho, para que no quedara como una frase vacía".
Junto a los hinchas que desbordan el Sancho repasa una y otra vez las imágenes de la batalla de Salta: el gol que evitó sobre la hora. "Salté sabiendo que llego al travesaño y aunque me podría haber roto la frente. Y lo haría cien veces más"; la definición por penales. "Me puse un metro atrás de mis compañeros que estaban abrazados mirando, como contra Sarmiento en la semi, y no paré de decir 'con fe, con fe'. Todos los patearon muy bien". Y por supuesto, las atajadas de Leonardo Rodríguez. "Lo de Calidad fue impresionante. En la semana había atajado todo lo que le tiraron. Tiene unos reflejos increíbles y merecía este ascenso".
El último en irse. Y hasta el final, le piden que no se retire, que siga en la cancha defendiendo los colores. "En el torneo pasado ya pensé en dejar. ¿Cómo quieren que venga a jugar, con muletas, je? La verdad, la decisión está tomada", aseguró ante la mirada de su familia, que es Racing. Y en el fondo sabe que, pase lo que pase, nunca se irá.