Por Laura Giubergia
Fue durante un juicio que se desarrollaba en El Bolsón que el (ahora ex) juez Carlos Rozanski dimensionó la vulneración de los derechos de los niños, cuando un colega suyo le pidió a una niña que relatara "hechos imposibles de relatar".
"Fue una situación de maltrato muy fuerte para con una víctima, de 9 años, por la que no sólo denuncié a ese juez, sino que elaboré una iniciativa para que las criaturas no sean interrogadas ni tengan que declarar en los juicios, sino que son entrevistadas en otro ámbito, que es algo totalmente distinto", explica.
En 2003 se sancionó la ley que incorporó al Código Procesal Penal la incorporación de la Cámara Gesell, para que los niños y niñas menores de 16 años presuntamente víctimas de delitos sexuales no sean interrogados, sino entrevistados por psicólogos especializados, en espacios acondicionados, para evitar su revictimización.
"Pese a que la Cámara Gesell se incorporó en 2003, hay muchos lugares en los que no se está instrumentando correctamente, porque no se trata solamente de que los niños no declaren ante un Tribunal, sino que implica un cambio de paradigma sobre el interrogatorio. Hasta que el Poder Judicial y el sistema se adapten, van a seguir interrogando pero en el ámbito de la Cámara Gesell", cuestiona.
–¿Se denuncian más los abusos?
–Sin dudas hay más denuncias en todo el país. No porque haya más delitos, el nivel es el mismo de toda la historia, pero se han generado espacios importantes para que el denunciante no tenga tantas trabas. Se abrieron las compuertas para facilitar que se denuncie.
–¿Se puede prevenir el abuso sexual infantil?
–La inmensa mayoría de los abusos infantiles ocurren en el ámbito familiar, sea de convivencia o del entorno íntimo de los niños, y en menor medida en el ámbito institucional. Que ocurra en la intimidad es lo que conspira con la posibilidad de prevenir, porque no hay acceso desde afuera a lo que ocurre en la intimidad.
–¿Sí se puede propiciar la detección temprana?
–Claro. Lo primero es que la gente tome consciencia de la gravedad de estos delitos, de las características, y de no silenciar a una criatura que está contando algo. No vamos a evitar que el abuso suceda, pero escuchar al niño garantiza la detección temprana, y con ello, el freno de la situación de abuso que en su mayoría sucede a lo largo del tiempo, como algo crónico.
–Muchas veces se subestima el relato del niño, y se cree que está influenciado, o que miente.
–Antes, alcanzaba con decir que un niño estaba mintiendo para desestimar su relato. Con el avance de las técnicas de investigación, ya no fue suficiente con decir que un niño miente. Y ahí nació el SAP (Síndrome de Alienación Parental), fue un invento de Richard Garner. El SAP no dice que el niño miente, sino que dice que el niño cree que fue abusado porque su mamá le lavó el cerebro. Es SAP el falso. Hasta cierta edad, los niños están imposibilitados de relatar situaciones sexuales no vividas.
–Hablemos de los abusadores. ¿Es la prisión el lugar para un agresor sexual, para un perverso? ¿Cómo evitar la reincidencia?
–Que exista algún tipo de perversión o trastorno que no se “cure” con prisión, no invalida que la peligrosidad del agresor sexual obligue a mantenerlo aislado de la sociedad. Y ese lugar es la cárcel, aunque la cárcel en sí no tiene que ver con que reincida o no. Durante el tiempo que esté encerrado deberá, también, cumplir con algún tipo de tratamiento si se le indica, pero eso ya es política penitenciaria.
–¿Qué significa la impunidad materia de delitos sexuales?
–Que haya casos de abuso que queden impunes implica un mensaje muy malo para la sociedad y otro para los perversos. Porque la impunidad estimula a cometer delitos.
Dónde denunciar. La Unidad Judicial especializada en Delitos contra la Integridad Sexual funciona en el Polo de la Mujer de la ciudad de Córdoba (Entre Ríos 680 – Bº Centro). No obstante, se puede denunciar en cualquier Unidad Judicial.