La escuela experimenta con ciudades accesibles

Cada vez más estudiantes piensan proyectos para mejorar la calidad de vida de los discapacitados. Seis fueron destacados en la Feria de Ciencias.

La escuela experimenta con ciudades accesibles
Marcos y Enzo mostraron un guante que traduce lenguaje de señas\u002E

Por Natalia Lazzarini

Guantes mágicos que traducen un lenguaje de señas, bastones ultrasónicos que detectan charcos y evitan "meter la pata", bicicletas para movilizar niños con parálisis cerebral. Cada vez son más los estudiantes que se animan a pensar en una provincia más inclusiva. Son alumnos que diseñan proyectos para personas con discapacidad y "la rompieron" en la Feria Provincial de Ciencia y Tecnología de Córdoba.

Los principales responsables en pensar ciudades más accesibles fueron los estudiantes secundarios de escuelas técnicas de la provincia. Sus iniciativas fueron exhibidas, la semana pasada, en una carpa blanca, montada a la izquierda del Auditorio Carlos Gardel de La Falda. Durante tres días, la ciudad serrana se convirtió en un semillero de ideas, muchas de las cuales lograron pasar a la instancia nacional.

En cinco años, la cantidad de alumnos especiales aumentó un ocho por ciento en el país, al pasar de 122.232 en 2007 a 131.625 en 2012. Según los registros del Ministerio de Educación de la Nación, el mayor crecimiento se registró en secundario, nivel que se convirtió en obligatorio por ley. Durante 2015 se reportaron en Córdoba 2.157 estudiantes integrados en escuelas comunes.

Las escuelas cordobesas no se quedan al margen de este fenómeno. La mayoría de los proyectos de la Feria de Ciencias surgieron a partir de casos puntuales.

Inspirados en un profe que sufrió un accidente laboral, estudiantes del Ipetym 61 de El Pueblito armaron un bipedestador, artefacto para mantener erguida a una persona. Con la idea de llevar a dar una vuelta por el pueblo a Darío, un compañero con parálisis cerebral, alumnos de Deán Funes diseñaron una bicicleta especial. Y a la hora de advertirle a María Ester, una mujer sordomuda, que tiene visitas en su casa, adolescentes del Ipet 250, de la ciudad Capital, crearon una pulsera inalámbrica que vibra cuando alguien toca el timbre. Sus "colegas" del Ipet 383, en Córdoba, recurrieron a la electrónica doméstica para ayudar a discapacitados a abrir puertas y activar lámparas en una vivienda.

Hacia el final de la jornada, el jurado distinguió a seis de esos proyectos. Con o sin título, los estudiantes regresaron a casa, donde seguirán pensando soluciones para personas con discapacidad. Una provincia más inclusiva se encuentra al alcance de la mano.

En Deán Funes, todos dan "la vuelta del perro"

Diseñar una bicicleta para discapacitados motrices fue el desafío de los alumnos de séptimo año A, del Ipet 53 Fray Luis Beltrán de Deán Funes.

Este ingenioso dispositivo consta de dos partes. Atrás, una bicicleta –a la que se le extrae su rueda delantera– va enganchada a una silla de ruedas. Permite a un familiar o amigo del paciente ir pedaleando, mientras éste es trasladado. También permite que la persona con discapacidad pueda mover sus pies, a través de pedales automáticos.

“Una bici diferente para alguien especial” fue diseñada para Darío, un joven de 21 años con parálisis cerebral. Para probar el invento, los estudiantes salieron a bicicletear por el pueblo y se dieron cuenta de que todos pueden participar de la llamada “vuelta del perro”.

Un bastón para no videntes

Ojos que no ven, bastón que siente. Los estudiantes del Ipetym 59 de Cruz Alta presentaron a “Visum Proyect” en sociedad y la rompieron. Se trata de un dispositivo para ciegos que se activa, a través de un sensor de ultrasonidos, cuando la persona está por cruzar un charco o por chocarse contra algo.

Los alumnos Franco Francischini (17 años) y Pablo Civriati (16) contaron que comenzaron con un prototipo, que luego fue modificado. El bastón ultrasónico tiene una agarradera con un sensor que se activa haciendo ruido. En la punta, un detector de agua que vibra cuando entra en contacto con un charco. El proyecto resultó destacado.

Ipet 250 da respuesta a ciegos, sordos y mudos

El Ipet 250 Bialet Massé de la ciudad de Córdoba cantó presente en la Feria de Ciencias con varios proyectos innovadores. Tres de ellos resuelven problemas de discapacidad: una pulsera inalámbrica para sordos, un guante para mudos y una tobillera para no videntes.

Francisco Gayón y Facundo Medrano presentaron la tobillera RPNV (ripellera para no videntes). El dispositivo detecta un objeto y diferencia, mediante el calor corporal, si se trata de una persona. Se activa mediante vibraciones.

El proyecto Voiceless Amazing Glove (VAG) es un guante que detecta el lenguaje de señas y lo traduce mediante un software al celular. “Necesito bañarme, tengo hambre, gracias y quiero tomar agua”, son algunos mensajes que detecta este ingenioso dispositivo.

Finalmente, Guillermo de La Cruz y José Acosta presentaron “Ultra Bracelets MIPS”, una pulsera inalámbrica para sordos que vibra y se pone verde cuando suena el timbre de su casa. También se pone roja cuando ha sonado la alarma.

Solución para hospitales

Una cama ortopédica y un asistente de camillas para hospitales fueron inventos presentados por estudiantes del Ipet 48 Julio Argentino Roca de la ciudad de Córdoba. Leonel Robledo y Agustín Ottaviano informaron sobre las ventajas de “Roca SAM II: Asistencia Innovadora”. El título rinde homenaje a la escuela y a la Sociedad de Alumnos de Mecánica (SAM).

Se trata de una continuación de un proyecto del año pasado. Los estudiantes diseñaron una cama ortopédica –en pequeña escala– y ahora fueron por más: crearon un asistente que ayuda al enfermero a movilizar a los pacientes.

Una silla mecánica permite el traslado del enfermo y facilita la tarea del profesional, ahorrando fuerza y tiempo.

El invento surgió a través de una encuesta realizada en hospitales públicos. “El mayor problema de un enfermero es sacar al paciente de una cama ortopédica. Con este asistente ayudamos a su tarea”, informó uno de los alumnos.