Por Mariano Iannaccone.
Si el rally llegó a ser una de las disciplinas más populares del deporte motor a escala planetaria, en gran parte fue gracias al estilo de pilotaje de Colin McRae. "¡Colin! ... ¡Colin! … ¡Colin!", gritaba enloquecida la gente en las sierras cuando ya divisaba su azul Subaru Impreza con el 555 en amarillo. En el aire, a fondo, de costado; siendo siempre totalmente honesto con su carácter. Causando infinita emoción en el público. Volviéndose cada vez más ídolo. En Córdoba, así como en cualquier parte del mundo donde corrió o a donde llegaron las imágenes del Campeonato Mundial de Rally (WRC) o se jugó su videojuego, hombres y mujeres no necesariamente fanáticos de los fierros saben quién fue Colin McRae.
Nacido el 5 de agosto de 1968 en Lanark, una pequeña ciudad del centro de Escocia, se crió alrededor de la exitosa campaña de su padre Jimmy, que llegó a ser cinco veces campeón británico de Rally y que, por cierto, también inspiró la carrera deportiva de un menos famoso Alister, hermano menor de Colin.
Después de un promisorio inicio en competencias regionales, saltó al certamen del Reino Unido, en el que ya vinculado con Subaru y bajo la dirección de David Richards –su padrino deportivo-, logró el título con el Legacy en 1991; y lo retuvo al año siguiente. Con el mismo modelo de auto, ahora patrocinado por los cigarrillos “555” producidos por la compañía British American Tobacco, alcanzó su primera victoria mundialista en el Rally de Nueva Zelanda 1993. En la temporada que siguió, ya con el Impreza, corrió por primera vez en Argentina. En 1995, distintas circunstancias conspiraron -en el mejor sentido- para que el 22 de noviembre de ese año al ganar la última fecha, justamente en su tierra, se convirtiera en el primer británico campeón mundial de Rally, junto a Derek Ringer, su navegante y compatriota.
Colin McRae, que ganó el Rally de Argentina 2001 al volante de un Ford Focus WRC junto a Nicky Grist, también corrió las 24 Horas de Le Mans (en 2004, fue tercero en la entonces clase GTS y noveno en la general con una Ferrari del equipo Prodrive, de Richards) así como el París-Dakar; con un Nissan y navegado por la sueca Tina Thörner, ganó dos etapas en la edición de 2004 (finalizaron en la 20ª posición absoluta) y otras dos en 2005 (abandonaron).
En 2007, sin estar compitiendo en el Rally Mundial aunque sí intentando cerrar con algún equipo para la temporada siguiente, perdió la vida cuando su helicóptero particular (un Eurocopter AS350) y que él mismo pilotaba en ese momento se estrelló, muy cerca de su residencia en Escocia. En el accidente, también murieron otras tres personas, entre ellos, dos niños; uno era su hijo Johnny de cinco años. La investigación concluyó que McRae hizo una peligrosa maniobra, a baja altura. Y a gran velocidad. Un espectacular inconsciente.