Hace unas semanas nos enterábamos que, en un tiempo "muy-muy" lejano, Córdoba estuvo en la costa del océano, que no era mediterránea y que los cordobeses de esos años (si hubiera existido la humanidad) se podrían haber bañado en su propio mar.
A esa increíble novedad, se suma ésta otra: hace millones de años, también hubo volcanes. Y muchos. Algunos extremadamente agresivos.
En efecto, de acuerdo con lo publicado este jueves por UNCiencia, el órgano de comunicación de la Universidad Nacional, hubo dos grupos de volcanes en la provincia. Uno en las sierras de Pocho –al este de la localidad de Salsacate– y el otro en Sierras de los Cóndores, aproximadamente entre las localidades de El Pungo y Despeñaderos.
Federico Dávila, doctor en ciencias geológicas y miembro del Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra), del Conicet, dijo que los dos sistemas de volcanes “estuvieron activos en momentos diferentes de la historia geológica de Córdoba”. En las sierras de Pocho se formaron en un período reciente en términos geológicos: entre 5 y 8 millones de años atrás. Fueron muy explosivos y de gran envergadura. De hecho, algunos habrían alcanzado los 3 mil metros de altura, incluso más que los 2.884 que tiene el Champaquí.
Es por esto que todavía se pueden ver sus rastros en el relieve del oeste de Córdoba. Al menos 10 son claramente diferenciables.
El otro sistema, el de Sierra de los Cóndores, estuvo activo mucho antes (alrededor de 120 millones de años). Es por esto que no puede verse hoy como montañas, sino que se deduce su existencia por la presencia de basaltos y sedimentos asociados a volcanes.
A diferencia de los volcanes de Pocho, se caracterizaron por emisiones sin violencia. Fueron similares a los que se ubican en el este de África.
¿Puede haber futuros volcanes en Córdoba? Aunque es difícil predecir la formación de futuras fajas volcánicas, algunos estudios de escaneo de las capas de la tierra a gran profundidad han sugerido niveles de conductividad geoeléctrica elevada. Este registro se detecta, no en el oeste, sino llamativamente por debajo del centro-este cordobés, donde hoy la placa oceánica cambia su geometría. Podría interpretarse como una zona de futura actividad volcánica.
