Por Lucía Pairola
No vamos a negar que a primera vista se parece a una feria de cosas usadas, de las decenas que pululan por garajes y puestos a cielo abierto. Pero, cuando te acercas descubrís que no es una más; aquí los precios suenan irrisorios, los bienes están cuidados y te preguntan si lo necesitas.
“La economía que proponemos tiene que ver con una imagen de hombre diferente, abierto a compartir lo que tiene y a expresar lo que necesita. Entendemos que es más propio del hombre compartir que acumular”, explica Marcelo Diz miembro del Movimiento de la Palabra de Dios, organizador de la jornada.
En esta comunidad católica desde hace 12 años se intenta educar en un nuevo modo de consumo, rompiendo moldes con la propuesta de "vivir para tener". "La persona no está hecha para tener cosas y no mirar al otro, por el contrario lo más común debería ser compartir. Y así nadie pasaría necesidades" reconoce Diz a Día a Día mientras describe que "no podemos negar que cuando hay de más es un problema porque ocupa lugar en la casa y en la cabeza. Nos empezamos a preocupar demasiado y toma el lugar de las cosas importantes, terminas preso".
De todo para todos. Las mesas están presentadas con delicadeza, organizadas por tipo, talles y colores. "Ropa para hombres, mujeres y niños. Calzados y accesorios de todo tipo", fue la consigna que abrazó la Jornada que lleva doce ediciones anuales y pretende instalarse con más frecuencia en este 2017.
“Los circulado tiene que estar en buenas condiciones, porque debe ser digno y así el que lo adquiere puede disfrutar de un bien por más tiempo”, indicó Angélica Llanos una de las responsables cordobesas de este numeroso movimiento internacional.
En relación al costo de las prendas, cuando ingresas a la jornada se explica que aquí la plata rinde diferente para que se pueda obtener lo que se busca, por eso los precios son casi irrisorio: “Los bienes no tienen un precio sino un valor, y ese valor es muy inferior a lo que el mercado nos dice. Porque el objetivo es que la persona se lleve su necesidad satisfecha más que ganar plata”, reveló Diz.
Además de proporcionar respuesta a las carencias concretas, se suma que lo recaudado en la Jornada “Poniendo en Común” es repartido entre diferentes instituciones como: Hogar Padre Luchese, Cotolengo Don Orione, Casa de Maria y Jaire.
Educar para vivir diferentes. Mucho se ha analizado y escrito sobre la nueva cultura del consumo, la que lleva a las personas a perseguir la compra de productos sin medir si se es útil o verdaderamente indispensable.
Los miembros del MOPAL presentan como contracara “la cultura del amor” y en ella un quiebre en el consumo desmedido: “No es que vivimos en otro mundo diferente y que no nos gusta tener, por el contrario. Pero proponemos que el comprar tiene que ser causa de una necesidad. Así sino necesitamos no compramos. Crece la conciencia de que valemos no por lo que tenemos sino porque somos personas”, sumó Llanos sobre el horizonte pedagógico que plantean y que intentan contagiar.
En esta misma corriente, sumarán otras jornadas durante el 2017, no solo de indumentaria, sino con electrodomésticos, adornos, muebles y hasta puesta en común de servicios profesionales u oficios.
“Para que asimilemos un modo de vida hay que trabajar. Por eso es importante revisar una y otra vez lo que tenemos. Y así al venir a la Jornadas entramos por la misma puerta, compramos lo que necesitamos y lo que no se deja para otro”, sentencian estos atrevidos cordobeses que insisten en desmitificar la frase: “con amor no se compra nada”.