Por Matías Candoli
Entre las tonadas cordobesas que se escuchan en la cancha de Las Flores hay una que se destaca respecto del resto. Uno afina el oído y, entre las chicas del equipo de fútbol femenino, se siente ese acento característico de las personas nacidas en Francia que hace poco hablan español.
Y allí está ella que, sólo por su forma de expresarse, saca esa diferencia que hace que los ojos se posen en ella.
Es Laila Khiar, la francesa que juega en el Taladro y que le contó su historia a Día a Día: "El año pasado vine seis meses a hacer una práctica para mi carrera de sociología. Hice una tesis sobre el fútbol femenino. En mi práctica laboral pregunté a mis jefes si conocían un club donde podría entrenarme y ver chicas jugar, mejor si era un club humilde. Ellos jugaban acá, en Las Flores, cuando eran niños. Son los Buteler, cuatro hermanos. Me trajeron, me presentaron a las chicas, fue todo bien y me quedé a jugar con ellas".
Luego de la presentación, Laila agradece a las chicas y en la primera que piensa es en Zulma, la capitana del equipo que la recibió como a una hija:
“Llegué totalmente vestida de rojo. De verano y lo primero que dijeron fue que ‘esta chica que viene de Francia así vestida no puede jugar al fútbol’. Cuando llegué hice un primer partido amistoso con ellas y Zulma, la más vieja del grupo que está acá hace muchos años me ayudó para ir en colectivo, por ejemplo. Nunca me voy sola y todas son así. Me cuidan y nos cuidamos. Nos ayudamos para todo”.
La jugadora nacida hace 27 años en Poittier, ciudad ubicada a 340 kilómetros al sudoeste de París, vive actualmente en Nueva Córdoba y tiene que volver a Francia a mediados de este mes.
“Quiero volver en noviembre, encontrar trabajo y quedarme. Pero, es difícil por la visa, no me sirve. Voy a hacer los papeles en Francia y cuando vuelva intentaré quedarme”. Además de su cariño por Las Flores, hay otro motivo para que Laila se haya aquerenciado a Córdoba y a sus costumbres. Ese motivo es Nicolás, su novio mendocino que estudia medicina. “Sí son dos motivos por los que quiero volver”, se ríe tímida Laila.
La vida es fútbol. Cuando se empieza a hablar del deporte que tanto le gusta, a Laila se le iluminan los ojos. En Francia, Laila vive en Toulouse y juega en un equipo de la ciudad. Cuando vino a Córdoba en 2016 recaló en Las Flores. “Allá juego de enganche pero acá soy volante central. Las chicas me dicen que juego parecido a Bentancurt, el de Boca, jaja. Pero a mí me gusta Zidane, nada más”, contó la jugadora.
Y, enseguida empezó la comparación: “A mi nivel, en Francia no se pega tanto. Jugamos simple y sin contacto. Acá en Córdoba se juega más fuerte y es más físico en los entrenamientos”.
El nivel del fútbol femenino en la Liga Cordobesa va en creciendo.
En Europa, el desarrollo del deporte es mayor y la volante lo reconoció: “Hay cinco niveles. Si los comparás con las chicas del primer nivel de allá son menos. Nunca jugué contra Belgrano, por ejemplo que es el mejor equipo femenino porque justo me tocó irme y no pude medir a ver en qué nivel están. Sí jugamos contra Racing que es un buen equipo, como si fuera de mi nivel en Francia. Pero, de los niveles altos, si los comparamos, acá son más bajos”.
Afuera de la cancha. A pesar del desarrollo socio económico francés, Laila Khiar pintó un panorama no tan ideal en cuanto a la discriminación de género.
“En cuanto a la discriminación, para mí es igual acá que en Francia. Haciendo mi tesis me di cuenta que las chicas que juegan al fútbol tienen las misma características que en Francia. Si decís que vas a jugar al fútbol, por ahí te dice que los hombres juegan mejor, que las chicas no deberían jugar. Mis amigos, por ejemplo, dicen que las chicas del equipo nacional de Francia nunca van a jugar mejor que ellos. Y sí, la discriminación se hace”.
Y agregó: “Y también se vé lo que te dan en el club. Nosotros entrenamos a la noche, después de los hombres. Hay cosas chiquitas que tenés que pelear con los hombres como el lugar en la cancha, y eso para mí es igual en Francia que acá. la diferencia es que en Francia el gobierno da plata para el fútbol femenino, al club. Acá no”.
Y Laila, con un dejo de tristeza, tiene que volver a Francia porque su visa se vence pero quiere volver. Su novio Nicolás, sus amigas y compañeras de equipo en Las Flores, la esperarán. Pero también quiere sacarse una espina: jugar contra Belgrano que, en Córdoba, es de lo mejor en fútbol femenino y porque justo llegó en el regreso de Talleres a Primera y quedó impactada.
“No soy hincha de Talleres, ojo. Quiero jugar contra Belgrano porque las dos veces que vine no pude”, cerró Laila.