Había que ganar y la Selección lo hizo. Con pasaje a cuartos y mejor posicionado de lo que se esperaba en la previa, con un segundo puesto que pone en el camino a Venezuela en cuartos de final de la Copa América.
No es poco para una Selección envuelta en dudas tras un comienzo con el pie izquierdo por la derrota con Colombia y un magro empate con Paraguay, que dejó más interrogantes que certezas.
Sobre todo porque este equipo de Lionel Scaloni está lejos de un funcionamiento convincente y con un Lionel Messi promedio seis puntos que no alcanza para romper los partidos.
Al menos, frente a un decorosa aunque ingenua representación de Qatar, la sensación es que se va de menor a mayor y que hay esbozos de un equipo apareciendo.
En defensa sigue fragil, con desacoples que pueden resultar fatales contra oponentes más determinados y eficaces. Saldo a favor, Armani mantuvo el arco en cero.
En un mediocampo más pensado en construir que en la marca, por las urgencias del caso, tomó la batuta Rodrigo De Paul y se erigió como la figura. Desde el inicio y en una primera media hora para el recuadro. Falta un Lo Celso más conectado.
Y el triunfo se cimentó por goles de delanteros. Porque Lautaro Martínez no en vano es el goleador del ciclo Scaloni, y recibió con los brazos abiertos el regalo de la defensa qatarí en la apertura del marcador.
Hubo tres pases gol de los defensores asiáticos en los primeros 15 minutos. Por eso la ingenuidad rival resolvió muchos de los dilemas ofensivos.
Además, Sergio Agüero lo buscó toda la tarde y lo encontró en modo Manchester City, con el sello de Premier League. Más rápido con la mente que con la pelota.
Habilitación de Paulo Dybala, otra carta a mano para aportar fútbol porque su ingreso resultó provechoso.
Se despejaron los nubarrones, se clarificó bastante el panorama y los cuartos pondrán enfrente a una Venezuela que ya no es la Cenicienta pero tampoco es el peor adversario que podía tocar. Colombia, clasificado con puntaje ideal, deberá enfrentar a Uruguay o a Chile.
La Selección se aligeró de varias mochilas, se sacó el miedo a quedar afuera en un papelón continental y, sin olvidar el parámetro del rival que fue Qatar, lo mejor está por verse.
