Memoria viva: restituyen los restos de Aida Villegas, catamarqueña desaparecida durante la dictadura

El acto simbólico reafirma el compromiso con el Nunca Más, y con los derechos humanos en Catamarca y en todo el país.

Memoria viva: restituyen los restos de Aida Villegas, catamarqueña desaparecida durante la dictadura
La familia Villegas recibió los restos de Aida, víctima del terrorismo de Estado, en una jornada cargada de memoria y dignidad.

En una jornada marcada por la emoción y la memoria, los restos de Aida Villegas, desaparecida durante la última dictadura cívico-militar, fueron restituidos a su familia y a su provincia natal, Catamarca. El acto representa un paso más en el camino de la reparación histórica para las víctimas del terrorismo de Estado y sus seres queridos.

“Hoy la familia Villegas recupera parte de la justicia negada durante tantos años de dolor. Los restos de Aida, catamarqueña desaparecida en dictadura, están en su tierra y junto a los suyos”, expresó en sus redes el gobernador Raúl Jalil, en un mensaje que resume la lucha persistente por la Memoria, la Verdad y la Justicia.

Aida era una joven catamarqueña que fue secuestrada y desaparecida durante los años más oscuros del país. Su destino, como el de miles de personas, permaneció en silencio durante décadas hasta que las tareas de investigación e identificación permitieron devolver su identidad y su historia.

El reencuentro con sus restos es también un mensaje colectivo. La recuperación de los restos de Aida nos muestra que debemos mantener vivo el compromiso con la Memoria, Verdad y Justicia para que nuestro país nunca más vuelva a vivir tiempos oscuros. Mi afecto y cariño a toda la familia Villegas”, remarcó el gobernador.

Un símbolo que interpela a toda la sociedad

La restitución de Aida se inscribe en el trabajo incansable que organismos de derechos humanos, instituciones forenses y familiares llevan adelante desde hace más de cuatro décadas. Cada identificación no solo devuelve dignidad a una vida arrancada, sino que representa una afirmación de que el olvido no es una opción.

En Catamarca, este acontecimiento suma fuerza al reclamo colectivo del Nunca Más, reafirmando que la memoria no es pasado, sino una herramienta presente para construir una sociedad más justa.