Este pequeño pero acogedor emprendimiento familiar se ha convertido en un ícono de la gastronomía local, famoso por sus irresistibles medialunas que parecen llevar a sus consumidores en un viaje directo al paraíso.
Al caminar por las calles empedradas de Tanti, es imposible no dejarse llevar por el tentador aroma a medialunas recién horneadas que emana de este local. Desde tempranas horas de la mañana, el equipo de “Lalito” comienza a preparar la masa con una receta secreta. El resultado es una medialuna dorada, con una corteza crujiente y un interior suave y esponjoso que se deshace en la boca.
Lo que hace especiales a las medialunas de Lalito no solo es su sabor, sino también el amor y la dedicación que se ponen en cada detalle. Este lugar no solo es una panadería, sino también un punto de encuentro. Aquí, los vecinos y comerciantes se reúnen para compartir historias y disfrutar de un café con leche acompañado de una (o varias) medialunas. El ambiente es cálido y familiar en pleno centro de la localidad de Tanti (Córdoba), con un carro decorado especialmente para la ocasión.
Aunque las medialunas son la estrella indiscutible, en Lalito también se pueden encontrar otras delicias. Desde facturas variadas hasta pasteles artesanales y panes caseros, cada producto refleja la misma calidad y pasión por la panadería.
La historia de Medialunas Lalito es tan inspiradora como sus productos son deliciosos. Lorena Cervellini, trasplantada de corazón hace casi cuatro años, encontró en la panadería una forma de recuperar su vida y aportar a su comunidad.
“Con el trasplante me volvió la vida plena, puedo andar en bicicleta, trabajar, ir y venir, disfrutar, vivir”, comenta Lorena con una sonrisa que refleja gratitud y alegría.
La mujer comenzó modestamente durante la pandemia. “Empecé en la pandemia a hacer medialunas para mi casa y Juan Pablo, mi esposo, me dice: ‘Convidale a los vecinos y vas a ver que están ricas en serio’”, recuerda Lorena a Entretenimientos Córdoba. Con el apoyo de su familia y la comunidad local, las medialunas de Lorena pronto se convirtieron en un éxito. “Los vecinos me decían: ‘Si hacés el próximo fin de semana, te compramos’. Así empezamos a vender”, explica.
“Nosotros vivimos en Tanti y la gente que me conocía me apoyaba y así surgió Medialunas Lalito, hechas con el corazón”, dice Lorena. Desde entonces, el negocio ha crecido, cumpliendo tres años el pasado 1° de mayo. A las famosas medialunas se han sumado otros productos como pastelitos, alfajores de maicena, pan casero y criollitos, ofreciendo una completa experiencia para el desayuno y la merienda.