Al otro de lado del teléfono está Verónica Fernanda Vera, una mujer de 44 años que con su voz pausada y segura, confirma lo que desde este medio consideramos un “inmenso acto de amor”. Es que le donará uno de sus riñones a su cuñada Valeria, quien reside en la ciudad de Buenos Aires y padece de insuficiencia renal desde hace diez años.
“Lo que quiero hacer que esto llegue a mucha gente, contar esta historia y hacer tomar conciencia de que hay otras formas de dar vida y no es tan sacrificado como por ahí uno piensa”, comienza diciendo Verónica en diálogo con VíaCarlosPaz, que si bien reconoce que se trata de una intervención quirúrgica con todos los riesgos lógicos que ello implica, no deja de afirmar que “se puede seguir y continuar con una vida normal”, asegura, también oriunda de Buenos Aires y radicada junto a su familia en la ciudad de Cosquín desde hace unos ocho años.
Pese a desconocer el proceso que conlleva este tipo de “trasplantes con donante vivo”, Verónica entendió y sostuvo su decisión desde el primer momento. “Valeria (50) sufre una insuficiencia renal hace diez años. Si bien nosotros lo sabíamos, ella jamás habló de su enfermedad, jamás se victimizó”, se refiere Vera a su cuñada, a quien le funciona solamente el 13% de sus riñones, destinataria de un órgano que necesita tras el avance de una poliquistosis renal (trastorno hereditario caracterizado por el desarrollo de grupos de quistes en los riñones), una enfermedad que de siete hermanos, cuatro son los que la padecen, además de su padre recientemente fallecido tras ser diagnosticado con Covid-19.
“Nosotros queremos lograr este trasplante antes de que tenga que llegar a dializarla”, agrega, quien junto a su marido Diego (hermano de Valeria) se ofrecieron a ser donantes, siendo Verónica quien finalmente tomó la decisión de serlo, explicando también que al no ser pariente “de sangre”, además de los estudios clínicos y psicológicos de rigor, también debió atravesar todo un proceso legal.
“Lo hablamos primero con los chicos, estuvieron de acuerdo, lo hablamos con Valeria que lo primero que nos dijo fue ‘chicos, ustedes tienen hijos’, pero le explicamos que seguiríamos adelante (…) Y empezamos este camino a fines de octubre del año pasado (2020). Los estudios y la operación misma va a ser en Capital Federal, en el Instituto de Nefrología Nephrology”, sintetiza Verónica, reconociendo que jamás dudó en ser donante de su cuñada y que es consciente de lo que ella menciona como “los pros y los contras” que le advirtieron desde un principio.
Autorización judicial
Luego de transitar un camino con estudios médicos “que no son de alta complejidad” –asegura Vera- los cuales no solamente determinaron la compatibilidad con Valeria sino también las condiciones ópticas del órgano a donar, debió atravesar las exigencias dentro del marco legal, algo que si bien pensó que sería “la parte más dura”, terminó siendo ágil y eficiente.
“Yo tuve que tramitar la autorización judicial para la ablación (procedimiento quirúrgico mediante el cual se realiza la extracción de los órganos) que lo tuve que hacer por no ser pariente de sangre. Que si bien la Ley dice que se puede hacer de manera particular presentando un escrito ante la Justicia, en mi caso acudí a un abogado cuyo costo fue accesible y el cual quiso abonar Valeria”, añadió.
Verónica no solamente insta a concientizar sobre la importancia de lo que ella menciona como “donar vida”, sino que en diferentes momentos de la conversación también agradeció a cada una de las personas que intervinieron para que este proceso médico y judicial sea superado de la manera más óptima.
En cuanto a la autorización judicial, finalmente fue obtenida el pasado 26 de abril pero que debido a que Valeria contrajo Covid-19 y se encuentra recuperándose en una clínica de Buenos Aires, debieron posponer la fecha de trasplante para fines de este mismo mes de mayo.
El primero en Punilla
VíaCarlosPaz conversó con el letrado que llevó todo el proceso legal que se exige para este tipo de casos, el abogado Francisco Servidio (MP 7-404), quien explicó: “La Ley (27.447) básicamente fija un procedimiento para aquellos pretensos donantes que no son parientes consanguíneos, en esto caso, Verónica al ser cuñada necesitaba pasar por este procedimiento”, comienza diciendo el abogado también residente de Cosquín.
Y continuó: “La Ley busca evitar que se trafiquen órganos y que se trasunte el plano del lucro con este tema tan sensible. Fija una serie de pautas que hay que cumplir (…) Y la verdad que caímos en manos de peritos que fueron muy dirigentes en su actuar, psiquiatras y psicólogos, que determinaron que Verónica hacía esto como un acto de amor y de solidaridad”.
Mediante este proceso legal, se busca un “consentimiento informado” –explica el letrado- “que ella sepa con claridad, de boca de los profesionales intervinientes y con las precisiones técnicas del caso, a qué se está exponiendo”, haciendo hincapié en que en este caso en particular se va a utilizar un nuevo procedimiento llamado “laparoscopia vaginal”.
En cuanto a lo que Verónica nos anticipó como “el primer caso de Punilla” de una donante no consanguínea, Servidio afirmó: “Así es, es el primer caso autorizado por la Justicia”, reconociendo que la provincia de Córdoba cuenta con un antecedente en Río Cuarto y dos en capital.
“Esto sienta precedente por eso quiero que se sepa, que esto llegue a mucha gente y que se tome conciencia que hay otras formas de dar vida”, reitera y completa Verónica Vera, vecina de Cosquín, pareja de Diego, mamá de Francisco (19) y Miranda (15), y la protagonista de esto que llamamos un inmenso acto de amor.