El buen clima del domingo y el sol invitaron a que miles de cordobeses y turistas salgan a pasear por el flamante puente José Manuel De la Sota, sobre el lago San Roque, multiplicando exponencialmente el caos generado por la propia imprudencia para conducir o de aquellos peatones ávidos de saltar las vallas de seguridad.
Además, estacionan en lugares prohibidos, o exponen al peligro a sus propios hijos, al pretender cruzar con ellos de la mano por el medio de la ruta, obviando el acceso peatonal que tienen del lado del embudo.
"No entiendo por qué corren semejante riesgo" –se preguntaba una vecina- "la pasarela está a 100 metros del estacionamiento y es súper seguro por ahí".
Ante este cuadro de descontrol, también llovieron críticas a las fuerzas de seguridad, quienes fueron acusados por su presunta inacción ante los desmanes.