El 25 de mayo del año 1958, luego de que un grupo de alemanes donara a la Municipalidad de Carlos Paz un reloj de 7 metros de altura, se vivió la ceremonia de inauguración de lo que se conoció durante casi sesenta años como el Reloj Cu Cú.
Después de la Segunda Guerra Mundial fueron muchos los alemanes que se instalaron en Carlos Paz y justamente en agradecimiento a la hospitalidad recibida le entregaron al municipio de la ciudad este reloj gigante.
Este monumento contaba con un mecanismo sonoro que era accionado por un motor eléctrico de medio caballo de fuerza. La decoración de la caja, con hojas talladas a mano constituía un verdadero trabajo artesanal y el gran pájaro Cucú de madera policromada se asomaba para cantar las horas y las medias horas, acompañado por un gong gigante.
Desde un comienzo, en la plazoleta sobre boulevard Sarmiento y avenida Uruguay, el Reloj Cucú representó un ícono para la ciudad y es por esto que se podía observar a distintos grupos de personas que aguardaban con su cámara de fotos para capturar el momento en que el ave salía de su casita.
A pocas horas de un nuevo aniversario vale decir que no todas son alegrías para el reloj, ya que seguramente se recordará que el pasado verano había sido víctima del vandalismo de un grupo de jóvenes que se llevaron el ave y lo arrojaron a un baldío ocasionándole daños a la escultura.
Ante esto, el escultor Enrique López se encargó de la restauración del mismo y cambió sus colores y su plumaje, modificando así el sexo del ave en homenaje a las mujeres. Fue por esta razón que mediante una votación popular se cambió su nombre a "Cucusa".
Actualmente, turistas y habitantes continúan visitándolo para tomarse la tradicional foto en la hora exacta en la que sale la Cucusa y dibuja sonrisa a todos los que fueron a visitarla.