Se propone introducir la tributación por etapas y en una escala progresiva de acuerdo con la clasificación de los productos según el grado de toxicidad, a partir del 10% del costo de los productos”, escribe Leonardo Gottems en un artículo en el portal AgroPages.
– Según los parlamentarios, el objetivo es promover la agroecología y utilizar el dinero recibido del impuesto para crear un fondo para el desarrollo de la agricultura orgánica.
Según los autores, la iniciativa también pretende reducir «la dependencia de recursos externos, eliminar los recursos de síntesis química y aumentar la autosuficiencia del agroecosistema.
El proyecto de ley prevé la creación de un «Fondo Nacional para el Desarrollo de la agroecología» para promover la transición de la producción tradicional a un modelo orgánico.
Además, el proyecto de ley señala que el dinero recaudado garantiza la promoción y disponibilidad de ciencia y tecnología adecuada o idónea para los sistemas productivos basados en la agroecología.
Además de un impuesto a los agroquímicos y fertilizantes sintéticos, este fondo también se financiará con un impuesto del 0,25% a la exportación de soja, maíz, trigo y sus derivados.
Según el proyecto de ley, el impuesto será pagado por los productores de agroquímicos y fertilizantes inorgánicos o los responsables de su introducción al mercado argentino. Por otro lado, el proyecto alienta al gobierno argentino a priorizar la compra de productos agroambientales sobre otros.
La autoridad responsable del cobro de la tasa será el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Argentina.”