La Comisión Europea autorizó la importación de una nueva variedad de soja modificada genéticamente para ser utilizada en la producción de alimentos para humanos y animales, pero no para su cultivo en el continente, de acuerdo a información publicada por el portal Euroactiv.
La nueva variedad de soja genéticamente modificada, XtendFlex, desarrollada por la compañía de biotecnología Bayer (compradora de Monsanto), porta tolerancia a tres herbicidas principales: dicamba, glufosinato de amonio y glifosato.
XtendFlex es el desarrollo de cultivares de soja más nuevo de Bayer y se basa en la variedad transgénica Xtend, a la que se le agregó el gen de tolerancia al glufosinato. Esto significa que los productores "cuentan con flexibilidad y herramientas adicionales para ayudar a manejar las malas hierbas resistentes y difíciles de controlar", dijo un representante de Bayer.
“Con esta autorización, Bayer espera el lanzamiento completo en los Estados Unidos y Canadá en 2021”, dijo el portal.
La soja XtendFlex fue aprobada por el ejecutivo del Bloque luego de un procedimiento de autorización integral, incluida una evaluación científica por parte de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Con un mercado europeo garantizado, se espera que los productores de EEUU. y Canadá aumenten la producción de soja para capitalizar las nuevas vías abiertas por esta decisión.
Los estados miembros tuvieron la oportunidad de expresar su opinión en el comité permanente y posteriormente en el comité de apelación. La autorización tiene una validez de 10 años y cualquier producto producido a partir de esta variedad transgénica estará sujeto a las normas de etiquetado y trazabilidad de la UE. «Dado el resultado del proceso, la Comisión Europea tiene la obligación legal de proceder con la autorización», dijo la Comisión Europea en un comunicado.
No es menor que una tecnología de punta baje al modelo de producción agroexportador sojero argentino en búsqueda de solucionar inconvenientes habituales a los usuarios factibles para solucionar sus controles de malezas habituales con la incursión de este tipo de cultivares resistentes a grupos de herbicidas de amplio espectro.
Contras
Se relevaron algunas opiniones adversas como la de Euroactiv, donde la noticia de la autorización no ha sido recibida con entusiasmo por algunos sectores.
Por su parte, Eric Gall, director de políticas de la asociación de productos orgánicos de la Union Euopea IFOAM (IFOAM - Organics International es la organización paraguas mundial para el movimiento de agricultura ecológica), dijo que como la soja ha sido autorizada para su uso en alimentos en lugar de su cultivo en territorio de la UE, la contaminación en la etapa de producción no es una preocupación directa para la agricultura orgánica en la UE. Sin embargo, compartió preocupaciones de que la importación de este cultivo en el mercado de la UE puede conducir a un mayor uso de plaguicidas fuera de la UE, con el «impacto negativo probado en el medio ambiente y la biodiversidad que está relacionado con la aplicación de estos plaguicidas sintéticos».
BioEconomía consultó a un referente de la agricultura argentina quien dijo que las declaraciones de Metz y Gall muestran, una vez más, el desconocimiento que hay en los sectores ambientalistas europeos sobre la agricultura argentina, donde el 90% de la soja se cultiva en regiones donde nunca hubo bosques.
Y agregó que hasta hace unos años, la posición de estas agrupaciones para oponerse a la biotecnología era la incertidumbre sobre posibles daños a la salud, un tema que la ciencia ha refutado de forma contundente y terminante. Esta nueva posición es una muestra más que el rechazo a la ingeniería genética es exclusivamente de índole ideológico, enfatizó.
Fuente en base a Bioeconomia