Las energías renovables dieron pasos importantes en la Argentina en los últimos años. Se invirtieron millones de dólares en cientos de proyectos, que permitieron pasar de una matriz con solo 2% de energías limpias a una con un promedio de 8%.
Sin embargo, el sector, actualmente, presenta diversas incógnitas. Las energías limpias no aparecen tan claras en la lista de prioridades de la administración de Alberto Fernández, frenado para hacer nuevas licitaciones a gran escala por limitaciones en las redes de transmisión de energía y la incertidumbre económica.
Con el lanzamiento de los planes RenovAR, pero con atrasos en los proyectos, sumados al cambio de Gobierno y la situación actual, hacen que el sector tenga una gran incertidumbre.
El presente del sector quedó reflejado en el informe Renewable Energy Country Attractiveness Index, de la consultora internacional EY, el cual clasifica a 40 países en función de su inversión en renovables.
La Argentina cayó del puesto 11 al 18, ya que el cambio de Gobierno "hizo que la agenda de renovables sufra" y ponga en pausa nuevos proyectos, de acuerdo al estudio.
La Ley 27.191 de Energías Renovables, sancionada en 2015 bajo el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, estableció objetivos ambiciosos para el consumo eléctrico de fuentes renovables, buscando alcanzar el 8% en 2018 y luego el 20% en 2025, teniendo así una matriz energética más limpia en sus emisiones.
Con la introducción de la mayoría de los parques en 2018 y 2019, la Argentina cumplió su primer objetivo con demora a fin de 2019. Pero, el segundo parece estar lejos en el horizonte con el actual escenario, de acuerdo a especialistas del sector, que no ven posibles nuevas licitaciones a gran escala en el mediano plazo.
Es de destacar el programa RenovAR, una gran licitación dividida en rondas que adjudicó proyectos de generación a distintas empresas que, una vez que tuvieran su producción en marcha, venderían su energía a Cammesa, la empresa que regula la energía mayorista.
El programa concretó tres grandes rondas: 1 en agosto de 2016, 1.5 en noviembre de 2016 y 2 en octubre de 2017. A través de estas, se adjudicaron 4666,5 MW correspondientes a 147 proyectos, 59 de las rondas 1 y 1.5, y 88 de la ronda 2. Los proyectos más económicos se cerraron a u$s 45 por cada MW/h.
Desde 2016 entraron en operación comercial más de 130 parques de generación de energías renovables, en su mayoría eólicos. Hay cerca de 70 en construcción y varios recientemente inaugurados, como el caso del parque Vientos de Necochea, de Genneia, el principal jugador del rubro con 40% de la energía eólica de la Argentina.
Parques eólicos y solares actualmente en construcción sufrieron mucha demora por el coronavirus, ya que la actividad inicialmente no estaba exceptuada de la cuarentena. A ello se sumó demoras en la importación de materiales necesarios para los proyectos y problemas de logística.
“Se pararon las obras de los proyectos en construcción y tuvimos problemas con la importación de materiales, vital tanto para la construcción como el mantenimiento”, sostiene Héctor Ruiz Moreno, gerente de la Cámara Eólica Argentina. “Luego, se reanudaron los proyectos, algunos de ellos ya en operación comercial”.
Sin embargo, ese no es el mayor problema. Existen decenas de proyectos que fueron adjudicados en las rondas de RenovAR que finalmente no avanzaron por diversos motivos. Los mismos ya tienen asignado un cupo en las redes de transmisión de energía que no están utilizando al estar frenados.
Es por ello que hoy el Gobierno está trabajando en un mecanismo que permita que las empresas puedan abandonar los proyectos que fueron asignados, pero nunca comenzaron, accediendo a que los mismos vuelvan al mercado y así otras empresas los puedan absorber.
Más allá de las intenciones del Gobierno, el sector enfrenta una serie de barreras propias que requieren de soluciones para pensar una mayor expansión en el mediano plazo. La necesidad de financiamiento y la saturación de las redes de energía son los factores más resaltados por los expertos.
El mapa de la energía renovable en la Argentina ubica a gran parte de los proyectos eólicos y solares lejos de los principales centros urbanos. Ello implica que la energía que se genera con el viento de la Patagonia y con la radiación solar del norte debe ser trasladada a otros puntos del país.
Allí es donde aparecen los problemas. La inauguración de los parques eólicos y solares en los últimos cuatro años no fue acompañada de una inversión en redes de transmisión de energía. Sin ello, es difícil pensar en nuevos proyectos, ya que hoy las redes no tienen más cupo para más proyectos por fuera de lo ya licitado.
Este sector estrechamente vinculado a las necesidades energéticas que pide el campo, necesita sostenerse con reglas claras. Hay muchas empresas agroexportadoras que les duele pagar la factura de energía a fin de mes y piden soluciones y lugar en los circuitos de producción renovables
