Argentina es uno de los principales actores del mercado mundial, exportando arándanos desde hace más de 20 años. Su ubicación geográfica le confiere la ventaja de contar con cultivo en contra-temporada, lo que significa que puede abastecerse en períodos de baja producción en los países del hemisferio norte.
Es por ello que los principales destinos son EE.UU., que representa el 60% del total de las exportaciones, seguido de Europa Continental y Reino Unido con un 30%, y Canadá y Asia, que en conjunto representan el 10% de los envíos.
En los últimos años, las exportaciones argentinas se han estancado en alrededor de 15.000 toneladas, lo que representa el 10% de la oferta total de arándanos en la ventana comercial de agosto a diciembre de 2019. Por eso Argentina busca posicionarse en la industria mundial de arándanos como un actor de nicho con ventajas comparativas y valores de diferenciación.
La estrategia de diferenciación se sustenta en tres pilares: sabor, producciones orgánicas y responsabilidad social. Por cuarto año consecutivo, el sector del arándano argentino realiza su campaña promocional "Prueba el dulzor y disfruta la diferencia" para enfatizar el sabor dulce de la fruta argentina que, por ser producida en zonas con "horas frías", tiene un distintivo sabor que lo diferencian del resto de proveedores. Un factor adicional es la tendencia creciente de la producción orgánica, que este año representará un tercio del volumen total producido.
Arándano, cultivo responsable
En un mundo cada vez más competitivo en el que el trabajo decente muchas veces no se valora y la compra está determinada por el costo, Argentina cuenta con leyes nacionales laborales, sociales y de salud y seguridad que son modelos a nivel mundial.
En 2015, Argentina se adhirió a los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU, entre los cuales el Objetivo Número 8 es promover el crecimiento económico sostenible con trabajo decente y la prohibición y erradicación del trabajo infantil como uno de los principales factores a cumplir.
Mayores envíos marítimos para ser más competitivos
Ante la falta de competitividad que enfrenta la industria del arándano argentino debido a un mercado global cada vez más complejo y más abastecido, el sector ha sabido hacer el esfuerzo de cambiar la matriz logística para reducir costos. "Estábamos acostumbrados a un mercado que pagaba el flete aéreo para recibir la fruta más rápido, pero hoy, con un número cada vez mayor de jugadores que abastecen al mercado constantemente, necesitamos enfocarnos en una forma diferente de transporte".
Esta es una tendencia que se viene dando durante los últimos años, donde la tasa de envíos marítimos pasó de 2-3% en 2014 a 35% en 2019. En medio de la pandemia, donde habrá una menor frecuencia de envíos comerciales vuelos, se proyecta que solo el 30% de la fruta será exportada por flete aéreo.