Cuando el emprendedor concibe su idea de negocio y se convence de que esta puede ser una oportunidad, debe tratar de pasar de esa idea, que en su etapa incipiente no está definida en todos sus aspectos, a un plan de negocio lo más acabado posible.
Es entonces que el emprendedor debe responder una serie de preguntas que le permitirán delinear su negocio:
- ¿Cuál es realmente mi producto y/o servicio?
- ¿Qué necesidades satisface?
- ¿Tengo las habilidades para producirlo y/o comercializarlo?
- ¿Cómo es el contexto y cómo influye en mi proyecto?
- ¿Cómo es el mercado de mi negocio? ¿Qué tan grande es? ¿Es un mercado en crecimiento? ¿A qué ritmo crece?
- ¿Quiénes son mis potenciales clientes? ¿Cómo conocerán mi producto/servicio?
- ¿Quiénes son mis competidores? ¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades?
- ¿Cuánto puedo vender y a qué precio?
- ¿Cuáles son mis costos?
- ¿Cuánto planeo que puedo ganar?
- ¿Cuánto es el mínimo de ventas para sobrevivir?
- ¿Qué infraestructura necesito para poner en marcha mi emprendimiento?
- ¿Cuáles son mis necesidades de financiamiento?
Armar un plan de negocio lo ayudará a definir con la mayor claridad posible cuál es su objetivo y cuáles son los recursos que necesita, y ello le proporcionará un plan de acción para ponerlo en marcha.
Analicemos estas definiciones para enumerar las principales características que definen un plan de negocios:
- Es un documento único
- Para evaluar un negocio
- Incluye los lineamientos generales para ponerlo en marcha
- Proceso de planificación
- Sistemático y eficaz
Bueno, ahora hay que arrancar. ¡Mucha suerte, emprendedor !