El derrumbe en el edificio de Floresta llevó el alerta a la situación que se vive en algunas edificaciones en la Ciudad de Buenos Aires como en el Gran Buenos Aires. Es que un informe alertó que existen centenares de edificios en condiciones pésimas que podrían terminar en situaciones similares.
En ese sentido, la ONG Defendamos Buenos Aires realizó un estudio donde alertó que hay “7.000 bombas de tiempo” en toda la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires. Remarcó que hay 4 mil en la Ciudad y el resto en el Conurbano, principalmente en edificios de casas tomadas, hoteles en pésimo estado y edificios que están sin mantenimiento.
Esta situación es algo que empieza a preocupar en CABA respecto a la situación habitacional, mientras que más personas no llegan a pagar un alquiler y se mudan cada vez más lejos de la City Porteña, hay cientos de proyectos inmobiliarios que empiezan a crecer con edificios de alta categoría.
“En el último año hubo 32 derrumbes, solamente en la Ciudad de Buenos Aires con 28 muertos y 540 heridos”, señala el informe que alerta sobre la situación en la Capital.
“Este trágico derrumbe es solo uno de los 32 derrumbes con 28 muertos y más de 500 heridos, más daños por más de 10.000 millones de pesos. Como resultado de la falta de controles en las obras en construcción de la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano”, señaló el documento que tuvo la colaboración del Estudio Miglino y Abogados.
Uno de los casos más resonantes ocurrió en la cancha de Ferro, en pleno corazón del barrio porteño de Caballito, donde se cayó parte de la obra que se estaba realizando en la tribuna local que aún no ha sido estrenada. “Fue clausurada por no poseer la correspondiente documentación de Obra Registrada”, aclararon a Clarín desde la Agencia Gubernamental de Control (AGC), el ente porteño a cargo de las habilitaciones.
“El edificio tomado en Floresta nunca había sido inspeccionado ni muchos menos sancionado y eso que contaba con un pésimo estado de conservación, 150 personas en un espacio para solo 20 y obras de todo tipo que nunca fueron fiscalizadas ni sancionadas. Así ocurre en la villa 31, en la villa 1-11-14, en la villa Rodrigo Bueno, en la villa 21 y en diversos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Las casas usurpadas son una suerte de tierra de nadie donde el estado nunca llega”, dijo Miglino.
“En Defendamos Buenos Aires creemos que hay un patrón con tres elementos muy importantes: el primero es que hay una política de controles ligeros a nulos, el segundo tiene que ver con ocultar lo ocurrido y el tercero es la impunidad: nunca hay funcionarios presos por estas tragedias”, agregó.
En ese marco, señalan que hay 4.200 obras que están en construcción y que no tiene el control necesario para continuar con estos trabajos. Además, la falta de fiscalización en las casas tomadas hace que falten controles en zonas que cada vez tienen más situaciones como esta.
Los barrios más afectados por casas usurpadas en pésimo estado, que se convierten en aguantaderos, en Capital Federal son: Belgrano, Recoleta, Nuñez, Almagro, Flores, Floresta y Liniers. En la Provincia de Buenos Aires: Lomas de Zamora, Quilmes, Vicente López, San Isidro y San Martín.
