El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, ratificó este viernes que las clases presenciales comenzarán en el distrito el próximo 17 de febrero, aunque “adaptadas a las condiciones epidemiológicas que haya en ese momento, ya sea que la curva (de contagios) esté muy controlada o en caso de que haya rebrote”.
“Llevamos muchas semanas con la estrategia de revinculación y la vamos a seguir intensificando”, dijo Quirós, para quien esa política busca “evitar un daño irreparable para el neurodesarrollo de los niños y su salud afectiva”.
Durante la conferencia de prensa en la que informó la situación epidemiológica de la Ciudad, el funcionario destacó las tareas de revinculación que se llevan adelante, tras la autorización del Gobierno nacional.
En paralelo, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, aseguró que desde su área está “todo listo para que en 2021 la presencialidad en las escuelas sea la regla”, aunque sostuvo que eso no significa “retomar las clases como eran antes de marzo”, cuando fueron suspendidas debido a la pandemia de coronavirus.
“Tenemos todo listo para que en el 2021 la presencialidad en las escuelas sea la regla”, dijo en diálogo con radio Continental.
En cuanto a las decisiones de algunos países europeos de mantener las escuelas abiertas a pesar del aumento de casos de Covid-19, Trotta dijo que “en el momento en que se reiniciaron las clases en el hemisferio norte, la realidad epidemiológica era mucho mejor de lo que la están transitando ahora”.
La postura de la OMS y Unicef
La Organización Mundial de la Salud (OMS) defendió mantener abiertas las escuelas durante la pandemia de coronavirus y consideró que se pueden evitar los confinamientos si se aumentan las medidas de protección.
“Debemos asegurar la enseñanza para nuestros hijos”, manifestó el director para Europa de la OMS, Hans Kluge.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió por su parte este jueves en un nuevo informe sobre las crecientes consecuencias para los niños a medida que avanza la pandemia.
Con respecto a los cierres de las escuelas, el informe indica que si bien los niños pueden transmitirse el virus entre sí y a grupos de mayor edad, existen pruebas contundentes de que, con la implementación de las medidas de seguridad básicas, los beneficios netos de mantener las escuelas abiertas superan el coste de cerrarlas.